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Ciencia y crisis ecosocial (4/9) - ¿El cambio climático es "un hecho" científico?

 Encabezados

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Esta columna pertenece a una serie llamada Ciencia y crisis ecosocial. Véanse aquí la primera, segunda y tercera columna de la serie, previas a esta cuarta. 

¿El cambio climático es un hecho científico?

Tras los rodeos por el conocimiento no científico del cambio climático vuelvo ahora a las ciencias (del clima y relacionadas). El objetivo de esta columna será analizar por qué estas ciencias tienen tantos problemas para presentarse como «conocimiento de hechos» con relación al cambio climático.    

    Partiré de una definición generalísima: «los hechos son parte del inventario de lo que hay» (Zalta y Correia, 2021). Una definición así podría aceptarla una gran parte de la población, filósofa, científica u otra, y es a grandes rasgos la que está implícita en el uso común de expresiones como «te guste o no, así son los hechos» o «estoy hablando de hechos, no de opiniones». En definitiva, los hechos son las cosas indiscutibles de este mundo, independientes de nuestras creencias, ilusiones o cualquier valor humano. Y las ciencias son las conseguidoras de hechos por antonomasia.

       En la primera columna manifesté de pasada mis dudas acerca de esta visión de la ciencia y de los hechos, pero démosla por buena al menos provisionalmente y repitamos la pregunta que da título a esta columna: ¿es el cambio climático un hecho científico? Resulta complicado responder afirmativamente. En primer lugar, porque el cambio climático no es una sola cosa, sino una multitud de fenómenos entrelazados. Además, y lo que será más importante aquí, poque una gran parte del trabajo de las ciencias del clima no se enfrenta con realidades ya sucedidas, sino con cálculos probabilísticos sobre atribuciones y predicciones. Es decir, con cosas que han pasado, pero cuyas causas profundas hay que determinar, y cosas que todavía no han pasado, pero que podrían pasar.

    Esto se ve claramente en una de las sagas científicas más importantes de los últimos 30 años: los informes del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés). Desde su fundación en 1988 el IPCC ha publicado seis informes que sintetizan toda la información relevante disponible sobre el cambio climático y sus consecuencias. Se podrían hacer infinidad de apreciaciones sobre el IPCC, su trabajo y sus publicaciones, que son clave, y casi da vergüenza tratarlo de pasada en una columna de toda esta serie. Balones fuera aparte, si atendemos al último informe, publicado en 2022, una buena parte de lo que nos encontramos son, como anunciaba, atribuciones (esto es, cuánto efecto ha tenido el cambio climático es eventos o procesos ya sucedidos o en curso):

Aunque la productividad agrícola general ha aumentado, el cambio climático ha ralentizado este crecimiento en los últimos 50 años a nivel mundial (confianza media) (IPCC, 2022a: 9)

Cientos de pérdidas locales de especies han sido impulsadas por aumentos en la magnitud de los extremos de calor (confianza alta). Lo mismo sucede con los eventos de mortalidad masiva en tierra y en el océano (confianza muy alta) y la pérdida de bosques de algas marinas (confianza alta) (ib.)

El cambio climático ha afectado negativamente a la salud física de las personas en todo el mundo (confianza muy alta) y a la salud mental de las personas de las regiones evaluadas (confianza muy alta) (ib. 11).

Y también predicciones:

La futura urbanización amplificará el aumento proyectado de la temperatura local del aire, particularmente por una fuerte influencia en las temperaturas mínimas, que es aproximadamente comparable en magnitud al calentamiento global (confianza alta) (Arias et al., 2021). Dentro de las ciudades, la exposición a los efectos de las islas de calor es desigual, y algunas poblaciones están desproporcionadamente expuestas al riesgo, como las comunidades de bajos ingresos, los niños, los ancianos, las personas con discapacidad y las minorías étnicas (Quintana-Talvac et al., 2021; Sabrin et al., 2020; Chambers, 2020) (IPCC, 2022b: 922).

En Hawái y el Caribe, se prevé que el ascenso del nivel del mar aumente exponencialmente las inundaciones Casi cada centímetro de aumento podría causar una duplicación de la probabilidad de inundaciones (ib.: 2053).    

    Como se ve, el IPCC no lanza sus afirmaciones sin más, sino que las divide en cinco niveles de confianza, en función de una «evaluación de la evidencia y el acuerdo subyacentes» (ib.: 5, nota 4): muy bajo, bajo, medio, alto y muy alto.

    Todo esto encaja medio mal con la definición de hecho que esbozábamos arriba. No se trata solo de hablar de «lo que hay» y punto. También de evaluar por qué ha pasado «lo que hay» y de analizar «lo que podría haber». Estamos más cerca de lo que Marres (2018) llama: «hechos experimentales». Este autor parte de la base de que el conocimiento público es procesual, abierto y cambiante. Así:

    Las declaraciones públicas no son ni deben ser sólo «de acuerdo con hechos preestablecidos»; también hay una clase de enunciados que pueden concordar o no con el conocimiento certificado, pero que contribuyen activamente a la formulación y reformulación de nuevas verdades empíricas por parte de diferentes actores (440).

    Una buena parte del conocimiento científico sobre el cambio climático parte de la siguiente fórmula discursiva: estos hechos que han tenido lugar han pasado porque no estábamos a lo que teníamos que estar; y estos hechos que todavía no han tenido lugar podrían suceder (o sucederán) si no tomamos las medidas adecuadas. La clave aquí no es la verificación, la pura data, sino la evaluación, el assessment. No son enunciados que se pronuncien con indiferencia ni deberían dejar indiferente a quien los escucha. Al invocar todo tipo de catástrofes naturales (o mejor socio-naturales), el IPCC nos está animando a no dejar pasar el tiempo, a actuar para que nunca lleguen a ocurrir las desgracias que se anuncian. El IPCC atribuye y predice, pero preferiría no tener razón a estar en lo cierto. No quiere que suceda aquello que predice para así probar que sus hipótesis eran correctas. Lo que quiere es que cambiemos de rumbo, que espabilemos, que transformemos nuestra sociedad para que no tenga que existir un Panel de Expertos/as alertando sobre la deriva suicida de nuestro sistema político y económico.

    Esto nos lleva directamente al segundo aspecto en el que las ciencias del clima y de la tierra no encajan en la definición tradicional de «conocimientos de hechos»: no solo constatan, sino que, como se ve con el IPCC, valoran riesgos a partir de los daños humanos potenciales y ofrecen alternativas políticas. En resumen, no hay una distinción clara entre hechos y valores.

    No se trata de una característica exclusiva del tema que ahora nos ocupa. En las últimas décadas ha proliferado una rica bibliografía que pone en cuestión la dicotomía hecho-valor en general y en el ámbito científico en particular. Ahora bien, si para desenmascarar la vinculación entre el «ser» y el «deber ser» en ciencias como la biología molecular o la física cuántica hace falta un pequeño esfuerzo filosófico, en el caso del cambio climático salta a la vista.

    Así se ve en el léxico «técnico» de los informes, que incluye términos como: «riesgo» (risk), peligro (hazard), «exposición» (exposure) o «vulnerabilidad» (vulnerability) (ver en el Anexo abajo las definiciones del IPCC de estos términos). Cuando las y los expertos del IPCC empelan estos términos, ¿qué están haciendo? ¿Describir fríamente? ¿Valorar subjetivamente? Cualquiera de estas preguntas carece de sentido, ya que parten de una división tajante entre la frialdad de la ciencia y la subjetividad de las valoraciones (ético-políticas) que en la práctica no se sostiene. Y esto es algo que saben los mismos miembros del panel cuando afirman: «Este informe reconoce la interdependencia del clima, los ecosistemas, la biodiversidad y las sociedades humanas» (IPCC, 2022a: 5).

    Se me puede objetar que este último párrafo está basado en el resumen del informe para los legisladores (policymakers), lo que facilita la aparición de temas valorativos o políticos en el documento, pero si uno explora el informe técnico también aparecen menciones a la salud y el bienestar, las migraciones climáticas o la seguridad alimentaria.

    En conclusión, y respondiendo a la pregunta que da título a la columna: no. No estamos ante un hecho científico. En primer lugar, porque no se trata de un solo fenómeno. Seguidamente, porque, si por hecho entendemos algo que ya ha ocurrido y se puede constatar, buena parte del conocimiento climático se basa en predicciones modeladas, es decir, cosas que aún no han sucedido; y en atribuciones, o lo que es lo mismo, interpretaciones de por qué algo ha sucedido y qué influencia ha tenido el cambio climático en ello. En tercer lugar, y tal vez más importante, porque si los hechos son lo opuesto a los valores, al mundo social, lo que las ciencias del clima nos arrojan es, por el contrario, un escenario inquietante que no admite separación posible entre fisis y polis.

    Al final de la columna pasada planteaba la conexión entre vida y conocimiento del cambio climático. A la luz de estas reflexiones parece claro que esa conexión también se da en las vidas de las científicas del clima, aunque sea implícitamente. Basta con asomarse al trabajo del IPCC para darse cuenta de que a ellas también les va la vida en ello (al menos en calidad de integrantes de las sociedades que se ven amenazadas por aquello que estudian) y así procuran transmitirlo en sus informes. No se trata de investigaciones sin más ni de un asunto técnico, sino político de extremo a extremo. Finiquito esta columna con una cita de Donna Haraway (1997) que resume bien el espíritu de lo que he querido transmitir: “Las formas que adopta el mundo son convencionales y revisables, aunque también eminentemente sólidas y llenas de consecuencias para unas posibilidades desigualmente distribuidas de vida o muerte” (1997: 269).

Pavlo Verde Ortega

¿El cambio climático es "un hecho" científico?

 Cómo citar este artículo: VERDE ORTEGA, PAVLO. (2025). «¿El cambio climático es un hecho científico?». Numinis Revista de FilosofíaÉpoca I, Año 3, (CM42). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2025/01/ciencia-y-crisis-ecosocial-39-el-cambio.html


Anexo: definición oficial de los términos «técnicos» del IPCC

Tal y como aparecen recogidos en las notas al pie de la página 5 del Resumen para legisladores.

Riesgo (risk): «Risk is defined as the potential for adverse consequences for human or ecological systems, recognising the diversity of values and objectives associated with such systems» (5, nota al pie).

Peligro (hazard): «the potential occurrence of a natural or human-induced physical event or trend that may cause loss of life, injury, or other health impacts, as well as damage and loss to property, infrastructure, livelihoods, service provision, ecosystems and environmental resources».

Exposición (exposure): «the presence of people; livelihoods; species or ecosystems; environmental functions, services and resources; infrastructure; or economic, social or cultural assets in places and settings that could be adversely affected».

Vulnerabilidad (vulneability): «the propensity or predisposition to be adversely affected and encompasses a variety of concepts and elements, including sensitivity or susceptibility to harm and lack of capacity to cope and adapt».

 

Bibliografía

IPCC. (2022a). Summary for Policymakers [H.-O. Pörtner, D.C. Roberts, E.S. Poloczanska, K. Mintenbeck, M. Tignor, A. Alegría, M. Craig, S. Langsdorf, S. Löschke, V. Möller, A. Okem (eds.)]. In: Climate Change 2022: Impacts, Adaptation and Vulnerability. Contribution of Working Group II to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [H.-O. Pörtner, D.C. Roberts, M. Tignor, E.S. Poloczanska, K. Mintenbeck, A. Alegría, M. Craig, S. Langsdorf, S. Löschke, V. Möller, A. Okem, B. Rama (eds.)]. Cambridge University Press, pp. 3–33, doi:10.1017/9781009325844.001

Pörtner, H.-O., D.C. Roberts, H. Adams, I. Adelekan, C. Adler, R. Adrian, P. Aldunce, E. Ali, R. Ara Begum, B. BednarFriedl, R. Bezner Kerr, R. Biesbroek, J. Birkmann, K. Bowen, M.A. Caretta, J. Carnicer, E. Castellanos, T.S. Cheong, W. Chow, G. Cissé, S. Clayton, A. Constable, S.R. Cooley, M.J. Costello, M. Craig, W. Cramer, R. Dawson, D. Dodman, J. Efitre, M. Garschagen, E.A. Gilmore, B.C. Glavovic, D. Gutzler, M. Haasnoot, S. Harper, T. Hasegawa, B. Hayward, J.A. Hicke, Y. Hirabayashi, C. Huang, K. Kalaba, W. Kiessling, A. Kitoh, R. Lasco, J. Lawrence, M.F. Lemos, R. Lempert, C. Lennard, D. Ley, T. Lissner, Q. Liu, E. Liwenga, S. Lluch-Cota, S. Löschke, S. Lucatello, Y. Luo, B. Mackey, K. Mintenbeck, A. Mirzabaev, V. Möller, M. Moncassim Vale, M.D. Morecroft, L. Mortsch, A. Mukherji, T. Mustonen, M. Mycoo, J. Nalau, M. New, A. Okem, J.P. Ometto, B. O’Neill, R. Pandey, C. Parmesan, M. Pelling, P.F. Pinho, J. Pinnegar, E.S. Poloczanska, A. Prakash, B. Preston, M.-F. Racault, D. Reckien, A. Revi, S.K. Rose, E.L.F. Schipper, D.N. Schmidt, D. Schoeman, R. Shaw, N.P. Simpson, C. Singh, W. Solecki, L. Stringer, E. Totin, C.H. Trisos, Y. Trisurat, M. van Aalst, D. Viner, M.Wairiu, R.Warren, P.Wester, D.Wrathall, and Z. Zaiton Ibrahim, (2022b): Technical Summary. [H.-O. Pörtner, D.C. Roberts, E.S. Poloczanska, K. Mintenbeck, M. Tignor, A. Alegría, M. Craig, S. Langsdorf, S. Löschke, V. Möller, A. Okem (eds.)]. In: Climate Change 2022: Impacts, Adaptation and Vulnerability. Contribution of Working Group II to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [H.-O. Pörtner, D.C. Roberts, M. Tignor, E.S. Poloczanska, K. Mintenbeck, A. Alegría, M. Craig, S. Langsdorf, S. Löschke, V. Möller, A. Okem, B. Rama (eds.)]. Cambridge University Press, pp. 37–118, doi:10.1017/9781009325844.002

Haraway, D. (1997). [email protected]. Routledge.

Marres, N. (2018). Why We Can't Have Our Facts Back. Engaging Science, Technology, and Society 4, 423-443 

DOI:10.17351/ests2018.188

Mulligan, K. y Correia, F. (2021). Facts, The Stanford Encyclopedia of Philosophy. Edward N. Zalta (ed.), URL =

https://plato.stanford.edu/archives/win2021/entries/facts/

 

Para entrar en la cuestión de la falsa dicotomía hecho-valor recomiendo el artículo «Creating facts and values» de Ruth Anna Putnam y el libro El desplome de la dicotomía hecho-valor de Hilary Putnam. La power couple de los hechosvalores.


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