Latest courses

Estar preparado cuando no estaba preparado

Encabezados


Print Friendly and PDF

Estar preparado cuando no estaba preparado

Llevo algunos años en el campo de la educación (desde los 19 años). Comencé a enseñar mientras cursaba la carrera de educación, era una época dura, mi padre no tenía trabajo y mi madre apenas podía sostener la casa; ante esas dificultades uno como hijo mayor debe tener la valentía para levantarse y ayudar en el sostenimiento del hogar, es verdad que al principio fue complicado, pero las circunstancias nos hacen madurar, sea a la fuerza o de manera paulatina. En mi caso, tuvo un poco de ambas. Cabe resaltar que, como estudiante de educación no tenía trabajo en el verano, pero no podía quedarme con los brazos cruzados, así que, con mi padre emprendimos un negocio –aunque era rodante—. Pero al fin y al cabo era negocio, lo importante era que ganemos el dinero suficiente para comer y luego yo matricularme, y seguir estudiando.

En ese tiempo fui descubriendo que, mientras mi padre iba empujando el triciclo lleno de papel higiénico y frutas, yo tenía que perifonear por el micro improvisado, junto a esa bocina reciclada que logramos arreglar. Creo que no solo perifoneaba, sino que trataba de llamar la atención de las personas –sucede que no nos compraban absolutamente nada –, realmente no sabía si era porque no sabía perifonear o porque lo hacía despacio. Lo más sorprendente es que el primer día no vendimos nada, estábamos preocupados, porque la fruta se podría madurar y estropear, así que al día siguiente la actitud fue otra, teníamos que vender si o si, no importa cuánto debíamos caminar, fue así como mientras iba perifoneando tenía que poner en práctica lo que había aprendido en las aulas y los libros que iba leyendo en la biblioteca de la facultad: la persuasión.

Recuerdo que caminamos muy lejos de casa, mi padre empujando medio avergonzado, porque toda su vida se había dedicado a trabajar en una fábrica y era entendible que de pronto tenía que empujar un triciclo junto a su hijo mayor para ganarse la vida, quizá no lograba comprender lo injusto que habían sido al sacarlo del trabajo y no se haya tomado en cuenta su basta experiencia. Considero que su imagen de padre inquebrantable me dio las fuerzas para que no solo empujara, sino también para perifonear con estilo y llamando la atención de las personas, por lo menos para que se acercaran por pura curiosidad, y cuando ya estén en nuestro triciclo, pues los convencería para que nos compren los productos. Fue así como iba desarrollando mi capacidad de oratoria, la calle se convirtió en mi mejor ejercicio, la forma en que me dirigía a las personas.

Es verdad que, cuando estás preparado puedes brindar una clase excelente, pero el estar preparado para una clase en la escuela no te hace un buen vendedor en la calle. Esta experiencia me fue moldeando en mí, la estrategia de estar preparado cuando no estaba preparado, de tener que buscar una respuesta rápida ante situaciones adversas, pero también de reconocer cuando no sabía algo. Todo lo que aparece ante nosotros es una oportunidad de aprendizaje, y para mí esta experiencia fue una gran oportunidad que me permitió aprender y sacar lo mejor que hay en la calle. Vender en los paraderos, caminando, en las avenidas, parando y corriendo por las pistas para alcanzar papel higiénico o las frutas que vendíamos, fue ejercicio que me ayudó a valorar a las personas que hacen lo que yo realizaba para subsistir, pero también me enseñó a ser responsable en casa, con mis padres.

Vladimir Sosa Sánchez

Estar preparado cuando no estaba preparado


Como citar este artículo: SOSA SANCHEZ, VLADIMIR. (2024). Estar preparado cuando no estaba preparado. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 3, (CD01). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2024/12/estar-preparado-cuando-no-estaba-preparado.html



No hay comentarios:

Publicar un comentario