Una semana filosófica
La filosofía ha
viajado a través del tiempo, en todas las épocas y hasta en los momentos más álgidos
de la historia. Aunque desde los inicios ha estado involucrada en toda clase de
perspectivas, pero ¿podremos encasillarla al colocarle un inicio?, ¿podrá haber
un punto de partida en la filosofía o solo será nuestras perspectivas eurocéntricas
que la sitúan en un lugar concreto? Quizá son muchas las cuestiones que nos
saltan a la vista cuando se trata de hacer historia de la filosofía, pero ¿realmente
estaremos pensando una filosofía desde la multiplicidad de perspectivas históricas? Esos criterios son mas subjetivos, porque en cada época ha surgido una parte de
aquello que consideramos filosofía y no necesariamente ha estado sujeta a una
linealidad histórica; por el contrario, ha ido surgiendo en una variedad de
lugares, tales como como Asia, Europa y otras partes del mundo. Como arte liberal,
no está sujeta a un lugar, porque siempre se está repensando nuevas formas de
hacer filosofía.
La filosofía es
considerada como ciencia, forma de vida, como parte de una conciencia histórica,
como aquello que supera nuestras propias expectativas. Pero los días de la filosofía
pueden ser diversos. En ese sentido, podríamos colocarla como parte de los días
de la semana, por eso, desde el 2002 la UNESCO celebra el tercer jueves de cada
mes como el día mundial de la filosofía, y en el presente año 2024, ha caído el
jueves 14 de noviembre. No debe ser solo un día conmemorativo, sino que permita
a todos aquellos que aprecian la filosofía no quedarse con los brazos
cruzados, sino que sea motivo para celebrarla, en un mundo que está camino a la
deshumanización, es prácticamente un acto de rebeldía el celebrarla. En una
sociedad que les está dando la espalda a las humanidades, celebrar a la filosofía
podría ser considerado en muchos lugares como una provocación, pero ¿qué otra
cosa podría buscar la filosofía si no es la provocación? Considero que está en
nuestro ADN ese ser que nos invita a provocar a una sociedad que se está olvidando
de lo humano.
Celebrar a la filosofía
en un contexto de crisis, es también levantar la voz junto a los que no tienen
voz, es mirarla desde el ámbito de la cultura, incluso de los lugares en que la
cultura se está destruyendo o no va quedando nada, por culpa de tanta información
o fake news que nos venden como elementos de convicción. De ahí que la
filosofía es una punta afilada que incomoda, pero con esas ganas de continuar
su paso a través de la historia, que no para, por el contrario, siempre es
actual, siempre está respondiendo todo, aunque no termine de hacerlo. Ahora bien,
estamos viviendo una semana filosófica, donde el punto de inflexión lo encontramos
el 14 de noviembre, como el tercer jueves de noviembre. Sin embargo, no hay
mucho que celebrar, sino que hay tanto que pensar que esta vida quedaría corta
y si queda tiempo aun para alguna celebración, que esta semana haya sido para
mirar nuestro interior y seguir pensando.
Porque no podemos vivir de espaldas a un mundo cada vez menos humanizado, sino que nuestra existencia debe estar en función de aquellos que no tienen voz, y la filosofía juega un papel muy importante, el de ser ese moscardón que molesta e incomoda a las estructuras de poder o a aquellos que está cómodamente haciendo nada por una sociedad cada vez más desangrada. Hay una imperante necesidad de alzar nuestra voz y usar los medios necesarios para decir algo, en defensa de la libertad de pensamiento, sin miedo a la censura o al encarcelamiento por diferencia de ideas. La filosofía es en sentido de carácter provocador, por eso, celebramos esta semana de la filosofía.
Vladimir Sosa
Sánchez
Una semana filosófica
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