Entre letras
El mundo necesita a las humanidades para poder existir, dado que ellas han proporcionado a lo largo de la historia ese toque de humanidad que la ciencia no ha sabido responder, debido a sus limitaciones -como todo saber-. Es necesario dar una vuelta hacia las humanidades y con mayor énfasis a las letras en su conjunto, pero no de forma inerte, por el contrario, de forma activa. Pues está comprobado que, el uso correcto del lenguaje en nuestra vida cotidiana nos ayuda a socializar más con nuestros semejantes que con los aparatos tecnológicos. Es lo que necesitamos para preservar nuestra especie, pero si continúa sucediendo como hasta ahora, entonces estaremos condenando a nuestra generación y las futuras, al fracaso. Pero vivir de las letras tampoco es muy sencillo que digamos, pues existen grandes prejuicios al respecto.
Sin embargo, la sociedad en
general se ha encargado de menospreciar el trabajo de la escritura y ha
enaltecido la pantalla como la única panacea frente al avance tecnológico. De alguna
manera nos tratan de condenar a una prostitución visual, que nuestros ojos vean
lo que no vimos de niños o que tengamos plena libertad para escoger lo que
vemos, y dejamos de lado la formación humana, la formación en la lectura, el
pensamiento crítico, autónomo y reflexivo. Incluso se nos cuestiona el cuidado
en la familia, dando plena libertad para que cada vez más niños escojan a la
pantalla como su mejor amigo, cuando sabemos muy bien que eso es una gran
mentira, que nos hacen creer que es la única forma. Pero cuando somos capaces
de educar a nuestros niños y jóvenes entre letras, vamos observando que
adquieren ciertas destrezas al momento de ejercer algún juicio crítico, pero
con base de argumentación.
Porque la lectura, te va
transportando a través de diversos universos, la lectura te permite imaginar,
viajar, construir y deconstruir las ideas que se van formando en nuestro
interior. A través del fomento de la lectura, los niños y jóvenes son capaces
de ejercer su libertad al momento de crear, sea poesía, cuentos o narrativa,
pues la lectura te permite esa licencia que quizá otras áreas te las niega. No
obstante, hacer literatura en nuestros tiempos no es bien visto, es considerado
raro, tan igual como quien desee dedicarse a la filosofía; por eso, de alguna
manera ambas de la mano, y siempre han coexistido. Dado que ambas pertenecen a
las letras, y como tal forman ese conjunto vital que permite que el ser humano
explore esos universos insondables, de ideas, pensamientos, imaginación y reflexión.
Cabe la necesidad de pensar
sobre nuestra condición, y que mejor forma que, haciendo literatura y filosofía,
como una forma de rebelión al orden establecido. Desde siempre, todos aquellos
que se han revelado de esa forma, los han tratado de callar, pero necesario dar
vuelta a la página y apostar por una buena dosis de letras, y que mejor forma
que haciendo literatura y filosofía, imaginación y razón. Imaginación para despegar
del suelo del infortunio y razón para formar nuevas ideas que, nos permitan
pensar nuestra razón existencial.
Vladimir Sosa
Sánchez
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