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El «Pajaporte»


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El «Pajaporte»

 A lo largo de los años, me he dado cuenta de que los españoles tenemos un rasgo curioso: parece que nos gusta recrearnos en el fracaso, en la tragedia y el desastre. Las derrotas de nuestra historia parecen tener mucho más relieve en la conciencia popular que nuestros muchos logros y triunfos. Quizá sea el carácter mediterráneo, pero el humor y la parodia siempre han sido algo muy españoles. Y de la misma forma paródica es como se ha recibido una reciente medida aprobada por el gobierno: la ya popularmente denominada como «Pajaporte».

Cualquiera que haya leído mis columnas en el pasado sabrá que mi opinión del actual gobierno es muy pobre, y eso se debe a la larga lista de escándalos, medidas y leyes mal concebidas y peor aplicadas a lo largo de los años. Pero concentrémonos en el tema actual. Lo que el gobierno ha desarrollado se trata de una cartera digital que pretende restringir el acceso el acceso al contenido pornográfico a menores de edad. Si una página web erótica está ubicada en España (aunque se planea extender a varias extranjeras) se pedirán credenciales a través de la cartera digital, la cual se obtiene mediante DNI electrónico, certificado digital o la Cl@ve.

Dicha aplicación generaría treinta credenciales válidas por treinta días, cada una se puede emplear hasta diez veces en una misma web, pero no en diferentes, limitando su uso para evitar el abuso del sistema. Cuando el usuario intentase ingresar a una página pornográfica, se mostraría un código QR en la pantalla del sitio web, el cual debe escanearse con la aplicación. Si la credencial es válida, el acceso al contenido será permitido. Antes de exponer mi opinión sobre dicha medida, creo conveniente examinar el supuesto motivo de base. El gobierno, en particular el ministro José Luis Escrivá, afirma que esta medida se ha adoptado para proteger a los menores del acceso al contenido pornográfico. Causa que es sin duda bien intencionada, pero en mi opinión esto es poco más que una cortina de humo concebida para tapar, en la medida de lo posible, los escándalos relacionados con las irregularidades de rodean a la esposa y hermano de Pedro Sánchez.

 Y es que no es la primera vez que sucede esto, que surgen medidas de la nada o polémicas manufacturadas para cubrir eventos poco favorables al gobierno; pasó con la amnistía, pasó con las manifestaciones y está pasando ahora mismo. El sistema que propone el gobierno en sí no es ni nuevo ni revolucionario, pues algo muy parecido existe en Gran Bretaña y en otros países. Sin embargo, desde un punto de vista liberal, ello supone una grave afrenta no sólo al derecho a la intimidad, sino también a la propia libertad. ¿Por qué ha de saber el estado lo más mínimo lo que hacemos en nuestra vida privada? El sistema se limita a esto ahora mismo, pero ¿que impediría expandirlo a otros casos? Imagínate que tuvieras que dar tus datos para navegar por páginas de noticias que critican al gobierno, algo factible considerando que Pedro Sánchez está pensando en regular los medios de comunicación.

 Una vez mencionado esto, el despropósito resulta más evidente cuando uno se da cuenta de lo sencillo que resulta saltarse este sistema a través de las redes privadas virtuales (VPN) o usando navegadores alternativos como TOR. No estamos hablando de métodos sumamente complicados, que sean inaccesibles para un joven con algo de ingenio. Si realmente se pretendiera bloquear las páginas web eróticas al completo, ello requeriría de un gran cortafuegos que bloquease la red externa, un recurso que a día de hoy solo es usado por la república popular china para bloquear las webs extranjeras no autorizadas por el estado (aunque una VPN aún podría saltarse este bloqueo).

 Para introducir aún más el dedo en la llaga, el wriesgo de seguridad que conlleva el entregar tus datos personales por internet es importante. Por más que los políticos y miembros del gobierno insistan una y otra vez que se trata de un sistema seguro, cualquier dato está expuesto a ser hackeado. ¿Acaso tengo que recordar el reciente hackeo de la DGT, que ha expuesto los datos de más de treinta y cuatro millones de usuarios españoles a la venta? Creo que hay razones de sobra para preocuparse acerca de la integridad de nuestros datos, que pueden ser usados posteriormente para fines delictivos o para violar nuestra intimidad.

 En suma, creo que esta medida es un absoluto despropósito desde cualquier punto de vista. Está mal concebida y peor ejecutada. Creo que debe recaer enteramente en los padres la responsabilidad de vigilar lo que sus hijos hacen por internet, tomando las medidas adecuadas para protegerles del contenido pernicioso. El gobierno pretende presentarse como salvador y benévolo cuando lo que realmente hace es encadenarnos a él gradualmente, hasta el punto que esta cadena se torne asfixiante y nos vuelva completamente dependientes de las dádivas de los políticos. Con esto, espero haber inducido al lector a la reflexión.

 

Sergio Cánovas

El «Pajaporte»


Cómo citar este artículo: CÁNOVAS, SERGIO. (2024). El «Pajaporte». Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CM45). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. www.numinisrevista.com/2024/07/el-pajaporte.html

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