Latest courses

Vetusta Morla

Encabezados
Print Friendly and PDF



Vetusta Morla

Para los aficionados al rock alternativo en España —en América Latina también—, Vetusta Morla es el nombre de un grupo musical. Para los muchísimos lectores en español de La historia interminableDie unendliche Geschichte en alemán— del escritor Michael Ende —léase, por favor, Mijael Ende, no Maikel Ende—, Vetusta Morla es el nombre de una tortuga, esa tortuga que decide «creerse lo justo para no convertirse en nada». Michael Ende murió en Filderstadt, una ciudad del estado de Baden-Wutemberg a 113 kilómetros de Stuttgart, en 1995. No escribo los kilómetros porque sí: esa es la distancia que hay entre Bruselas y Oostende, entre Bogotá y Tocaima, entre Madrid y Avila —bueno, 5 kilómetros menos— o entre Barcelona y Reus —en realidad, unos 6 kilómetros menos—, entre La Habana y Manzanos —unos 9 kilómetros menos—… No hay nada como tomar perspectiva, que viene a ser algo así como distanciarse para tomar consciencia de lo que uno tiene delante de las narices.

Vetusta Morla fue la traducción que Miguel Sáenz eligió para la uralte Morla de Michael Ende. Eso lo hizo allá por 1982, es decir, hace ya más de cuarenta años. Algunas veces los traductores tienen ideas geniales que cuajan en el idioma al que traducen. A Miguel Sáenz se le han ocurrido muchas de esas genialidades. Sin embargo, la labor del traductor pasa inadvertida para la abrumadora mayoría de personas. Cuando se trata de buenos traductores —y Miguel Sáenz es de los extraordinarios—, solo los especialistas o las personas muy, muy lectoras se dan cuenta de esa labor, es decir, toman consciencia de lo que tienen delante de las narices.

En un libro —hoy inencontrable— que le dedicaron a Miguel sus amigos cuando cumplió noventa años, Lisura y tez del envés, se puede leer que «la apretada vida de Miguel Sáenz, desde su nacimiento en Larache en 1932, requeriría muchas páginas para describir con justicia la aventura de un hombre que lleva dentro varios y ha firmado tantas cosas». Dentro de un par de meses cumplirá 92 años. Ciertamente, Miguel Sáenz lleva dentro de sí varios hombres, muchas vidas: el piloto de avión, el militar, el fiscal del Tribunal Supremo, el traductor de la ONU, el traductor literario, el doctor honoris causa, el académico, el abuelo, el padre, el esposo… Hace cincuenta años, Miguel Sáenz jamás hubiese pensado que terminaría ocupando la silla «b» de la Real Academia Española. La ocupa desde 2012 a propuesta de Margarita Salas, Pedro Álvarez de Miranda y Luis Goytisolo. Su discurso de ingreso lo tituló Servidumbre y grandeza de la traducción. ¡Ahí queda eso!

Es autor de innúmeras traducciones. Al español ha vertido, entre otros, a grandes escritores como Bertolt Brecht, Salman Rushdie, Günter Grass, Thomas Bernhard, William Faulkner, Henry Roth, Alfred Döblin, Peter Handke… Y la lista sigue. También ha escrito sus propias novelas y libros, bastantes de ellos sobre música, sobre todo de jazz, género que le encanta. Quien quiera saber algo de la labor del traductor, es decir, de la traducción, que lea Traducción. Dieciocho conferencias nada magistrales y dos discursos de circunstancias. Está publicado por la Universidad de Salamanca, en 2013, universidad que lo nombró doctor honoris causa en 2002.

Hace apenas un par de semanas, la Orquesta Sinfónica y Coro RTVE presentó la temporada 2024-2025. Si lo menciono aquí es porque, en esa presentación, el grupo de rock Vetusta Morla tocó un par de canciones con la orquesta. Quizás algunas personas del público congregado en el Teatro Monumental de Madrid supiera —es muy probable— que Vetusta Morla es el nombre en español de la tortuga de Michael Ende; pero lo que casi nadie sabría es que el creador de ese nombre no es otro que Miguel Sáenz.



Regresemos a la literatura. En la contraportada de ese libro inencontrable, Lisura y tez del envés, que impulsaron Carlos Fortea y Pollux Hernúñez —¡menudo personaje este Pollux!, ¡otro que daría para un buen libro!— con motivo del nonagésimo cumpleaños de Miguel Sáenz, aparece un poema escrito por otro sabio de memoria prodigiosa, Emilio Pascual. Quien quiera consultarlo, tendrá que acudir a la biblioteca de alguna universidad —la Universidad de Málaga, por ejemplo, que también nombró a Miguel Sáenz doctor honoris causa en 2020— para leer los diecinueve textos que contiene. El libro lo publicó la editorial Oportet. Nada mejor que el poema de Emilio Pascual para resumir la vida de un políglota y polímata como Miguel Sáenz:


Nació en Larache, legendario espacio
bañado por la luz del Territorio;
hizo de las fronteras escritorio
y de las acuarelas cartapacio.
Visitó varias lenguas sin sosiego:
la «música verbal» de la alemana,
que, según la sentencia borgesiana,
transparenta el hexámetro del griego.
Ha sido Doppelgänger de las voces
más variadas y lúcidas: inglesas,
alemanas, austríacas, francesas…,
con ecos tan brillantes como atroces.
Dio a la palabra pátina exquisita.
Tiene hijos y nietos. Tiene a Grita.

Por cierto, esa Grita a quien Miguel tiene es Grita Loebsack, su mujer y compañera de aventuras.


Michael Thallium

Vetusta Morla


Cómo citar este artículo: THALLIUM, MICHAEL. (2024). Vetusta Morla. Numinis Revista de FilosofíaÉpoca I, Año 2, (CV64). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2024/06/vetusta-morla.html

Numinis Logo
UAM Logo
Lulaya Academy Logo

Licencia de Creative Commons
Esta revista está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional

No hay comentarios:

Publicar un comentario