En nuestra sociedad actual, es un imperativo el uso que le damos a las redes sociales, tras la pandemia este fenómeno se agudizó con mayor fuerza, tanto en niños, jóvenes como adultos. Pero es una necesidad creada, que va dirigida hacia nuestro subconsciente, con la finalidad de generar adicciones cada vez más fuertes. Nos han encerrado indiscriminadamente en una burbuja virtual y han condicionado nuestra libertad de pensar, bajo la máscara de gratuidad en la que nos envuelven a través de las redes sociales de información.
Lo tradicional está siendo
absorbido de a pocos con las nuevas tecnologías de información. Se está dejando
de lado nuestra capacidad de pensar y lo estamos trasladando a la virtualidad,
quien lejos de respetar nuestra capacidad, está impregnando nuestro cerebro de
estimulaciones falsas, que solo buscan reemplazar nuestra actividad cerebral
por una actividad sensorial que es contraria a nuestra naturaleza humana. Es
importante estar alertas frente a los engaños que nos proponen como panacea de
tanto bombardeo sensorial; de ahí la importancia de rescatar lo mejor de lo
tradicional, como la escritura a mano, leer un libro físico, caminar, dialogar
con las personas, entre otras.
Inconscientemente nos encontramos
en una disputa interna entre lo novedoso que nos ofrece las pantallas y lo
tradicional, que forzosamente se está tratando de dejar de lado. Ahora bien, en
el ámbito educativo ha funcionado durante la pandemia, pero solo para los
sectores que podían pagar una línea de internet estable, pero en los lugares
marginados, la historia no ha sido la misma. Solo hay niños o jóvenes
desplazados educativamente. El mismo escenario se ha visto en los trabajos, con
la reducción de salarios, dado que las empresas suponían que trabajar de forma
virtual demandaba menor gasto mental, cuando eso no es del todo cierto. La
virtualidad ha generado cierta comodidad, pero está acompañada de una profunda
ansiedad que muchas personas han desarrollado en esa época y que por alguna
razón han encontrado en el teletrabajo un refugio a la soledad que ya tenían
antes de la pandemia.
Se ha generado una adicción a lo
virtual. Más aún con el agilismo en que nos encontramos, donde se requieren las
cosas para ayer y no hay un alto a los detalles. Se está dejando de lado la
reflexión detenida y se está reemplazando por la agilidad que nos muestran las
pantallas. Todo tiene que ser rápido, no hay tiempo para el diálogo, porque
supone una pérdida de tiempo. Es una sociedad que pone por encima de todo la
producción capitalista, pero deja de lado la contemplación de la realidad, de
lo bello, la naturaleza. Solo hay exigencia por hacer, pero dejando de lado el
pensar. No se quiere personas pensantes, porque quien piensa es una amenaza
para los intereses de poder y este no quiere dejarse ganar, pues en el fondo es
el dinero el que prima sobre todo y como detenerse a pensar supone una pérdida
de tiempo, entonces las empresas lo traducen como una pérdida de dinero.
Como sociedad, debemos despertar
ante esta crisis humana; es necesario que no solo levantemos nuestra voz, sino
que nuestras acciones estén orientadas a rescatar de lo tradicional y lo
novedoso, lo mejor. Dado que nuestra humanidad está siendo invadida por el
deslumbramiento de la novedad y, dejamos de lado el detenernos y reflexionar
sobre esa novedad que se nos presenta como una imposición. Será como tratar de
salir de esta caverna digital que nos envuelve a todos. Hacer un alto a nuestra
vida cotidiana, pensar sobre nuestras acciones y reflexionar nuestro actuar
como personas. En ese sentido, no podemos dejar de lado nuestra humanidad por
unos pocos billetes; por el contrario, debemos generar espacios de reflexión en
nuestro hogar, con nuestros estudiantes y en el trabajo.
Vladimir Sosa Sánchez
Entre lo nuevo y lo tradicional
Como citar este artículo: SOSA SANCHEZ, VLADIMIR. (2024). Entre lo nuevo y lo tradicional. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 3, (CD01). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2024/06/entre-lo-nuevo-y-lo-tradicional.html
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Interesante apreciación profesor, puesto que lo virtual hoy en día pretende afectar la realidad de lo que se aprecia y en esto los más absorbentes son los adolescentes que fácilmente se dejan guiar por lo que la IA les da, y es verdad que ahora que dicha virtualidad haga que no seamos capaces de razonar hasta inclusive hacer nuestras tareas con la IA.
ResponderEliminarMuchas felicidades profesor y que sigan los éxitos.
Hola Raúl. Gracias por tu apreciación respecto a la lectura. A seguir pensando juntos. Te invito a que puedas compartir el artículo.
EliminarSaludos.