Historiografía y Foucault
El filósofo Michel Foucault, nacido en 1926, presentó una tesis de estudio con respecto a que, por sí mismo, el hombre fue una invención reciente. Al haberse asignado como objeto de estudio en el siglo XIX, la idea de hombre se ve desde una arqueología del pensamiento. Es gracias a este filósofo que la historiografía revolucionó, siendo un parteaguas para lo que se conoce como Antropoceno, al argumentar «que se puede entender como un intento por escribir una historia del presente» ya que, para algunos historiadores nos encontramos en una nueva época. Se dará un breve contexto dentro de la filosofía de Foucault para embonarla dentro de la historiografía y cómo ésta se llevó hasta el actual análisis del pasado.
Michel
Foucault creció en una familia de médicos en Francia. Fue un reconocido
integrante del alumnado en la universidad École Normale Supérieure, después de
la Segunda Guerra Mundial. Él cambió el rumbo de la filosofía con su escrito
doctoral, Historia de la locura en la época clásica, hablando de cómo la
diferencia entre la cordura y la locura solo es un constructo social. Su labor
de vida finalizó siendo activista político y docente. (Buckingham, 2016, p.
303).
Su análisis en
torno a la historiografía surgió desde su interés en la política y fungiendo
como historiador. Márquez Estrada publicó en 2014 Michel Foucault y la
Contra-Historia, donde comenta:
Foucault es el
fundador de una nueva tradición historiográfica cuya preocupación central es
mostrar las relaciones sujeto-verdad y qué tipo de poder es susceptible de
producir discursos de verdad en una sociedad como la nuestra, […] empiezan a
aparecer objetos de estudio como la locura, la sexualidad, el castigo, el
cuerpo, el deseo, la sociedad disciplinaria, buscando desobjetivizar estos
objetos. Una historiografía donde los protagonistas son los marginados
sociales: los locos, los criminales, los homosexuales, los anormales, los
enfermos. Una historiografía preocupada por descifrar los discursos de verdad
que han tratado de consolidar en occidente toda una ortopedia social destinada
a corregir los males de la sociedad y de la cultura burguesa.
Un activista
político, filósofo e historiador que luchó por lo que antes se creía sin
propósito ni interés, generó una nueva concepción de la historia. Es en Las
palabras y las cosas: Una arqueología de las ciencias humanas donde
Foucault habla sobre la creación del hombre como concepto. Dentro de este
libro, también enfatiza en la importancia de aplicar la arqueología dentro de
la investigación histórica del pensamiento. El mismo filósofo francés menciona
en el prefacio:
Quizá sea posible que los
conocimientos se engendren, las ideas se transformen y actúen unas sobre otras
(pero ¿cómo? hasta ahora los historiadores no nos lo han dicho); de cualquier
manera, hay algo cierto: que la arqueología, al dirigirse al espacio general
del saber, a sus configuraciones y al modo de ser de las cosas que allí
aparecen, define los sistemas de simultaneidad, lo mismo que la serie de las
mutaciones necesarias y suficientes para circunscribir el umbral de una nueva
positividad.
Con esto es
fácil notar cómo las fuentes de la arqueología fungieron como combustible para
una nueva percepción del ver a la sociedad, a la humanidad y la vida completa.
La reestructuración de la visión histórica dio un vuelco porque la manera de
hablar del pasado no salía de la visión actual; ahora, él propone que a través
de la arqueología se desentierre el pensamiento y experiencias de épocas
anteriores.
La visión de
Michel Foucault dio un giro impresionante a las concepciones de la racionalidad
y la modernidad. Es gracias a él, gracias a sus conocimientos y posturas, a sus
luchas políticas y activismo, que logró ver más allá de sólo una perspectiva
antisistema. Él comenzó a darle forma a una visión en la que no habría nada más
atinado que la historiografía para la continuación de sus postulados y legados.
Tomando en
cuenta que, para él, la idea de hombre propuesta con anterioridad está llegando
a su fin, resulta un buen momento para cuestionarnos qué tanto de la historia,
la sociedad y la civilización son producto de una sistematización de propuestas
y olvidos. ¿Cuántas vivencias no han sido borradas sólo por un acuerdo entre
los que definieron qué significa ser humano, hombre, mujer y demás estatutos?
La
historiografía y Foucault han llegado para quedarse, para generar una
introspección sobre lo que es valioso más allá de una idea general: las
particularidades, que son excluidas desde una amnesia colectiva.
Daniel Escoto L.
Historiografía y Foucault
Cómo citar este artículo: ESCOTO L., DANIEL (2024). Historiografía y Foucault. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CD5). ISSN ed. electrónica: 2952-4105.
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