El lado oscuro

El lado oscuro

Todos lo tenemos, dicen. Todos en mayor o menor medida tenemos un lado oscuro. Lo que ocurre es que el lado oscuro de algunos es agua clara que corre por las peñas en comparación con la oscuridad de otros que disimulan su turbieza con una cobertura de falsa transparencia, un espejismo glasé, vamos: cuando uno rasca un poco, la transparencia emborrona el contenido y se descubre el pastel, un pastel que suele estar podrido. En ciertos ámbitos profesionales es frecuente encontrarse con este tipo de personas, y en política, ¡mejor ni meneallo! El asunto está en saber cómo actuar cuando uno tropieza con esos falsos buenos disfrazados de corrección, pero que, en cuanto uno se da la vuelta, se dedican a enturbiar las relaciones. No hay mucho que hacer. Son personas tóxicas y frente al tósigo no cabe mejor antídoto que el de no probarlo. 

Ahora bien, ¿qué ocurre cuando uno ha mojado ya los labios en ese veneno? ¿Cómo librarse de los efectos perniciosos de la ponzoña? Según el grado, habrá cura o no la habrá. No siempre encuentra uno el antídoto. Pero pongamos por caso que el envenenamiento está en su primer estadio, ese en el que aún no ha afectado a los órganos vitales. ¡Beban mucha agua! Quiero decir, relaciónense con personas sanas, que haberlas, haylas. Eviten el contacto con el ejemplar venenífero y, sobre todo, señalicen su hábitat para avisar a los incautos de la presencia de un ser deletéreo con cobertura glasé. 

El estoico Lucio Anneo Séneca ya lo avisaba hacia el año 55 d. C. en De la clemencia: «Nadie puede llevar mucho tiempo una máscara. Lo que se finge recupera rápidamente su naturaleza; las cualidades que se sustentan sobre la verdad y las que, por así decir, tienen raíces sólidas, con el tiempo mismo progresan cuantitativa y cualitativamente». Y otro filósofo más moderno, George Steiner escribió en algún lugar que «el mal no tiene un ser autónomo. Simplemente es la ausencia, la privación del bien, tal y como la oscuridad es la ausencia de luz».

Pues bien, hasta que la máscara se desprende para descubrir la ausencia de luz de algunos, no está de más mantener la luz propia corriendo por las peñas como agua clara que mana del manantial. Aunque todos tengamos un lado oscuro, hay sombras que alumbran más que el destello del falsario más deslumbrante.

 

Michael Thallium

El lado oscuro

 

Cómo citar este artículo: THALLIUM, MICHAEL. (2024). El lado oscuro. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CV43). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2024/01/el-lado-oscuro.html

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