Sánchez el tirano
Observar el panorama político español estos días ha de ser lo más semejante a observar las profundidades del infierno desde el borde mismo del abismo. Otra legislatura más en la que parecemos ser víctimas de las arbitrariedades de un único hombre (un aspirante a tirano diría yo mismo), que ha demostrado una y otra vez ser capaz de cualquier cosa con tal de atornillarse en el poder. En ningún momento de la democracia reciente española, que va camino de cumplir medio siglo, se ha llegado a un punto tan bajo y a tal estado de degeneración manifiesta.
Quizá el calificativo de aspirante a tirano le parezca demasiado al lector, pero detengámonos a analizar lo sucedido en los últimos años. Se ha buscado cooptar las instituciones; ya sea a través de dedazos en empresas estatales, en medios de comunicación, en ministerios, etc. Se ha eliminado o atacado cualquier barrera limitante que pudiese reducir el poder del gobierno, especialmente el poder judicial. Sánchez ha gobernado gracias y a través de una polarización cada vez más intensa. Cosas inauditas hace algunos años se ven cada vez más; políticos insultando a ciudadanos en las redes sociales, agitación social en las calles,servicios públicos cada vez peor gestionados, y pare usted de contar.
El espíritu y los consensos del 78 están fuertemente erosionados ¿y qué grupos tienen más interés en que dichos consensos desaparezcan? Precisamente los extremos de los espectros políticos. Especialmente la izquierda radical, que es la que ahora mismo forma parte del gobierno. La podemización del PSOE es, a todas luces, un hecho ya consumado, y no parece que podamos esperar un cambio dentro de dicho partido, Sánchez lo ha tomado al asalto del mismo modo que ha tomado el poder. ¿Alguien podría decirme de algo que haya salido de dicho partido, que no sea por acción directa o con la aprobación del César de Ferraz?
La constitución, texto fundamental de nuestra democracia, será dolorosamente retorcida en pos de una ley de amnistía sin la cual Sánchez no puede gobernar. Pero lo peor no es semejante aberración, digna del cacique de la peor calaña, sino necesariamente lo que ha de venir después, porque como bien claro se han encargado de dejar claro los nacionalistas e independentistas, esto es solo el principio. Tenemos a un gobierno que va a estar sometido a las arbitrariedades de unos antisistemas cuyo objetivo declarado es destruir la convivencia y el estado de derecho, al tiempo que el PSOE se apresta a mentir, ocultar y negar el inmenso daño que se está haciendo al país por la voluntad de una sola persona. ¿Acaso nos toman por imbéciles?
La constitución es la ley de leyes, es la base, el cimiento fundamental sobre la cual se construye todo el sistema. Si esta se viene abajo, todo se viene abajo, no caben medias tintas. Si un gobierno decide pisotear la constitución por la razón o el objetivo que sea ¿qué cabe esperar de cualquier gobierno si hasta la constitución es papel mojado? Recientemente, el seis de diciembre se celebró el día de la constitución española, y muchos optimistas se han lanzado a proclamar que esta se encuentra en un buen estado de salud. Sin embargo (llámenme pesimista si lo desean) yo no lo tengo tan claro, hay razones de sobra para pensar que está en grave peligro.
Posiblemente llegaremos a un punto más grave, en el que la división y la confrontación se vuelvan cada vez más violentos y frecuentes, los políticos devengan en tiranos cada vez más autoritarios, y que el estado de derecho y la democracia no sean más que palabras vacías que se pasean en la propaganda estatal. Si ha esta situación hemos llegado, ha sido en buena medida por una sola persona: el aspirante a tirano Pedro Sánchez. Y a los tiranos «sic semper tyrannis».
Sergio Cánovas
Sánchez el tirano
[Las opiniones expresadas por el autor no son las de la revista como medio]
Cómo citar este artículo: CÁNOVAS, SERGIO. (2023). Sánchez el tirano. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CD36). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/12/sanchez-el-tirano.html
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