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La prosa mínima

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La prosa mínima

Fue el martes 19 de septiembre de 2023. La fecha no la escribe uno porque tenga una memoria prodigiosa —¡para prodigio la memoria del gran Emilio Pascual!— que recuerde con tanta precisión el día en que sucede algún acontecimiento. Por no acordarse, uno siquiera a veces se acuerda de la fecha de su propio cumpleaños. Y tampoco tiene uno claro que para el resto de la humanidad aquel martes se produjese ningún acontecimiento. Si uno sabe que fue el martes 19 de septiembre de 2023 es porque así consta en las dedicatorias de cada uno de los tres libros.

Era la segunda vez que nos veíamos y coincidió que fuera también en el mismo lugar en el que nos conocimos en persona apenas una semana antes. Uno lo había llamado por teléfono para quedar con él. Iba a haber un intercambio de «cromos» del que uno, ignorante, saldría ganador. Por «cromos» entiéndase «libros». Uno llevaba debajo del brazo su propia novela, peccata minuta en comparación con los tres libros que finalmente ofreció Emilio Gavilanes. Nos sentamos a la misma mesa que la semana anterior en la pastelería Santa Eulalia de la recoleta calle del Espejo, en pleno centro madrileño. 

De Emilio Gavilanes supo uno nueve meses antes gracias a un regalo de Andrés Trapiello: Era una rosa, un poemario exquisito con ciento trece haikus publicado en la colección La Veleta de la editorial Comares. Ahora, frente a frente, sentados en aquella mesa de Santa Eulalia, intercambiamos los «obsequios» —eso son los libros para quienes los aman, un regalo— y descubrimos algo más el uno del otro. 

¡Tres a uno! Si fuera un partido de fútbol, Emilio Gavilanes lo hubiese ganado por goleada. Y sus goles llevaban tres títulos para el recuerdo: BazarHistoria secreta del mundo y Breve enciclopedia de la infancia. Los dos primeros están publicados por ediciones de La Discreta; el tercero en la colección Albatros de ediciones Castalia. Por Historia secreta del mundo, Emilio Gavilanes recibió el XII Premio Setenil al mejor libro de relatos publicado en España. Para uno eso es irrelevante: hay muchos libros que no obtienen ningún galardón y son excelentes. Pero el libro de Emilio, además, es que lo es, aunque no hubiese recibido ningún premio.



No hace ni un mes de aquel intercambio y uno puede decir que ha disfrutado de lo lindo con su lectura. Además una lectura muy pertinente estos días:

Se oyen las primeras voces. Hay gente que acude a rezar, campesinos de los alrededores que se dirigen al mercado, hombres que abren sus comercios, mujeres que van a buscar agua, niños que corren y alborotan, soldados, sacerdotes, grupos que se cruzan, gente que vaga, que no va a ningún lugar. Las calles se van llenando de vida.

El viejo profeta Jeremías ha tenido durante la noche, en la que no ha dormido ni un instante, una visión vívida de la destrucción de la ciudad. Está abatido, trastornado. Las lágrimas brotan silenciosas y caen siguiendo las arrugas de su cara. Todo era muerte, devastación. Cadáveres, mujeres violadas o prisioneras, que lloran a sus hombres, a sus hijos. Gritos, sangre, moscas. Casas saqueadas. Humo, quejidos de animales que agonizan. El Templo en ruinas.

Una visión profética de lo que está ocurriendo estos días entre el grupo terrorista islámico Hamas y el estado de Israel. El inveterado e irresuelto conflicto entre Israel y Palestina que hoy ocupa las portadas de los periódicos, pero que mañana pasará a un segundo o tercer plano, incluso desaparecerá de la prensa para que regresen a España la amnistía, el referéndum y las dreas —canteas, las llamaba Miguel Delibes— políticas entre progres y fachas, independentistas y constitucionalistas y bla, bla, bla.

El libro de Emilio Gavilanes hace un recorrido por esa historia del mundo que pasa inadvertida para la mayoría de personas. Personajes conocidos y personajes desconocidos: animales, niños, polímatas, traidores, científicos, delincuentes, negreros, concubinas, locos, herejes, viajeros, poetas, héroes. Desde la Prehistoria hasta la Segunda Guerra Mundial. Y todo contado con una prosa mínima, clara, como le gusta escribir a Gavilanes: diáfanamente. Aparecen Buda, Jesús, San Pedro, Juana la Loca, Hitler, Dionisio Ridruejo… ¡Qué gran escritor Ridruejo! Quien no haya leído Escrito en EspañaCasi unas memorias, Dentro del tiempo o Casi en prosa, se pierde muy buena literatura y poesía.

Decíamos que Emilio Gavilanes lo cuenta todo con una prosa mínima. Es un poeta, un escritor de cosas breves: haikus, notas, fragmentos, cuentos. Pero no por mínima menos relevante. La literatura está llena de ejemplos de escritores que han pasado a la Historia por haber escrito dos o tres libros a lo sumo. ¡Que se lo digan a Juan Rulfo! 

Uno se aventura a decir que esa prosa mínima va a juego con la personalidad de este escritor madrileño con quien uno comparte barrio de la primera infancia, Canillejas, y cierto vínculo familiar con la provincia de Zamora. Emilio Gavilanes es un observador que quiere pasar inadvertido con un tono que lo dice todo en muy pocas palabras y sin alzar la voz, en un gris no en blanco y negro, sino en color. Quizás su profesión de lexicógrafo en la Real Academia Española no sea más que un apéndice de esa personalidad suya, minuciosa, pero que pasa inadvertida, silenciosa, sin darse importancia. ¡Cuántas impertinencias y arrogancias ególatras de académicas y académicos —lo del empleo del femenino y el masculino no es aquí lenguaje inclusivo, uno quiere decir eso y en ese orden— no le habrá tocado aguantar!

Su prosa y su poesía le han hecho entrar en la biblioteca personal de uno junto a otros magníficos autores vivos —la mayoría de los libros que uno posee son libros de muertos— que aguantan la relectura: Andrés Trapiello, Juan Bonilla, José Mateos, Miguel d’Ors, Antonio Pau, Ignacio Sanz, José Antonio Abella, Emilio Pascual, Tomás Sánchez Santiago, Jesús Carazo o Joan Manuel Gisbert... 

Todos ellos forman parte de otra historia secreta del mundo: la de aquellos que aún nos atrevemos a leer libros.

 

Michael Thallium

La prosa mínima


Cómo citar este artículo: THALLIUM, MICHAEL. (2023). La prosa mínimaNuminis Revista de FilosofíaÉpoca I, Año 2, (CV30). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/10/la-prosa-minima.html

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