¿Cómo nos afecta la inflación?
Como he señalado en una columna anteriormente,
España es un país en el que el conocimiento general de la economía es
muy limitado, cuando no directamente inexistente. Conceptos básicos como
los impuestos, la relación entre la oferta y la demanda, la plusvalía,
etc, son desconocidos para muchos hasta una edad avanzada. La inflación
es uno de ellos, y puesto que tanto se habla de ella estos días, he
decidido explicar dicho fenómeno de forma sencilla pero lo más completa
posible.
La
inflación, para que nos entendamos todos, consiste en el aumento
general y continuado de los precios de bienes y servicios en un periodo
determinado de tiempo. Es decir, se pierde poder adquisitivo porque con
la misma cantidad de dinero, podemos comprar menos que antes. En las
economías globalizadas actuales, la inflación es un fenómeno sumamente
complejo y poliédrico, rara vez con una sola causa, sino por la
acumulación de múltiples variables; política económica deficiente,
comercio global alterado o interrumpido, crisis y conflictos dentro y
entre países, cosechas desastrosas, elevación de los costes de
producción industrial, y un largo y amplio etc.
Este
es un fenómeno que podemos percibir de forma intuitiva en el día a día;
al observar el aumento continuado de precios de los productos de un
supermercado, de la gasolina y el diésel, de servicios, entre otros.
Actividades y bienes que antes podíamos permitirnos se vuelven
prohibitivamente costosos. El aceite de oliva, un bien emblemático de la
cocina española, ha aumentado de precio constantemente debido a la
reducción de la oferta tras las últimas recolecciones frente a una
demanda que se ha mantenido cuando no aumentado. Las hipotecas de tipo
variable han aumentado considerablemente, etc.
Sin embargo, y fuera de efectos circunstanciales, la actual causa de la
inflación se debe a las políticas monetarias expansivas adoptadas
durante y tras la pandemia de Covid-19. Los estados se vieron en la
necesidad de gastar muy por encima de sus ingresos, y para ello se
procedió a generar mucha deuda, que en Europa compró el banco central.
Ello, unido a los tipos de interés nulos cuando no negativos,
recalentaron intensamente la economía con abundantes créditos. Más tarde
o más temprano, las deudas se acaban pagando, y esa inflación es el
resultado de dichas decisiones económicas.
Para aquellos que prioricen el ahorro por sobre el gasto, la inflación también les afecta en la continua reducción del valor real del dinero. Cuando nuestro dinero se mantiene parado en la cuenta de un banco, en vez de reinvertirlo, este va perdiendo su valor aunque muchos no se den cuenta de ello. Aún con todas las dinámicas de mercado, al final los estados y gobiernos son los mayores responsables de que una inflación crezca o decrezca. Por ejemplo, si el banco central de un estado decide emitir más moneda de la que es demandada (para que el gobierno pueda gastar más por ejemplo), esta necesariamente perderá valor, afectando a quienes tengan dinero en dicha divisa.
En suma, la inflación es un proceso que genera un empobrecimiento en la población, especialmente cuando esta es muy elevada y se vuelve endémica, como sucede en ciertas economías como la argentina o venezolana. Para reducir la inflación existen varios métodos, algunos malos como los controles de precio (propuesto por Yolanda Díaz en el anterior gobierno, por cierto) y otros más eficaces como la reducción del gasto público, la elevación de los tipos de interés y el saneamiento de los activos tóxicos bancarios.
Sergio Cánovas
¿Cómo nos afecta la inflación?
Cómo citar este artículo: CÁNOVAS, SERGIO. (2023). ¿Cómo nos afecta la inflación? Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CD35). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/10/como-nos-afecta-la-inflacion.html
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