Félix Mendelssohn, Max Bruch
y Mikhail Pochekin
El
Día de Reyes de 1838 nació un niño en Colonia. Los Reyes Magos no traen regalos
a los niños por Navidad en Alemania, aunque sí los traen en España. Lo que poca
gente sabe es que en la catedral de San Pedro de Colonia, después de
inenarrables vicisitudes, se encuentra el relicario —que nadie lo confunda con
el pasodoble que José Padilla compuso en 1914— de aquellos Reyes Magos. Eso no
nos importa ahora, lo importante es que aquel seis de enero nació un niño en
Colonia. A la Historia de la Música ha pasado como Max Bruch. Justo cuando él
nacía, a otro hombre le quedaba algo menos de un mes para cumplir veintinueve
años y ya llevaba una afamada y exitosa carrera como director de orquesta y
compositor. Su nombre: Félix Mendelssohn. Ese mismo año de 1838, Félix le prometió a
su amigo David Ferdinand —un violinista virtuoso y compositor relativamente
prolífico— componer un concierto para violín que, sin embargo, no vería la luz
hasta seis años más tarde, en 1844. Ese concierto no es otro más que el
archiconocido Concierto para violín en mi menor, op. 64, uno de los
primeros del Romanticismo y, probablemente, el más interpretado por los
violinistas. David Ferdinand lo estrenó en la Gewandhaus de Leipzig, el 13 de
marzo de 1845. No lo pudo dirigir Mendelssohn. Parece ser que ya empezaba a
encontrarse mal de salud y, en su lugar, lo dirigió el danés Niels Gade al
frente de la Orquesta de la Gewandhaus.
En
marzo de 1845, Max Bruch apenas tenía siete años. No obstante, ya mostraba un
grandísimo talento musical. Cuando Félix Mendelssohn murió en noviembre de
1847, Max Bruch tenía nueve años y, al parecer, ya había compuesto su primera
obra, una cancioncilla para el cumpleaños de su madre. Felix y Max no se conocieron. Casi veinte años
después, Max Bruch terminaría de componer el Concierto para violín n.º
1 en sol menor, op. 26, que le daría fama mundial; junto con el de
Mendelssohn es uno de los más interpretados. De hecho, pareciera que Bruch sólo
compuso un único concierto para violín; pero no, escribió dos, y el segundo,
aunque mucho menos interpretado, es tan bueno como el primero. Bruch lo
escribió unos diez años después del primero y se lo dedicó al violinista
español Pablo Sarasate quien lo estrenó en Londres, el 4 de noviembre de
1877.
Ciento
cuarentaicuatro años más tarde, entra en escena otro violinista. En mayo de
2021, ese violinista graba esos dos conciertos junto con la orquesta
Würtembergischen Philarmonie Reutlingen dirigida por Sebastian Tewinkel.
Grabaciones del concierto para violín de Mendelssohn hay muchísimas, y muy buenas. No es tan habitual, sin embargo, encontrar álbumes con el concierto
de Mendelssohn y el segundo de Bruch. Y ese es precisamente el álbum que
apareció en 2022: Romantic Violin Concertos —Conciertos románticos
para violín—, una interpretación exquisita, musicalmente bellísima,
técnicamente impecable. ¿Quién es el protagonista? Un violinista hispanorruso
que, curiosamente, ganó el Concurso de Violín Pablo Sarasate en su edición de
2008. Su nombre: Mikhail Pochekin. Para quienes hemos escuchado este álbum, se
cierra el círculo Mendelssohn-Bruch-Sarasate-Pochekin. Es, sin duda, una
grabación de referencia. Y Pochekin supo aliarse con una orquesta que suena muy
bien bajo la batuta de Sebastian Tewinkel.
Las
interpretaciones de Mikhail Pochekin tienen un algo, un no sé qué, que las hace
tan especiales... muy finas, muy musicales y técnicamente impecables. Mikhail
Pochekin tiene el don de transmitir emociones con tanta delicadeza como
bravura. Desafortunadamente, uno no ha tenido la suerte de escuchar el Concierto
n.º 2 de Bruch en directo… ¡Todo se andará! Pero uno sí que puede dar
fe de la extraordinaria calidad musical de este violinista, porque lo vio interpretar en directo
el concierto de Mendelssohn hace un par de años en Landshut, una ciudad de
Baviera al noreste de Munich. En aquella ocasión la orquesta fue la KALA
—Kammerphilarmonie Landshut— dirigida por Maximilian Hornung. No hay trampa ni
cartón. Verlo y escucharlo en directo es una maravilla: esa fuerza, es finura y
expresividad que uno escucha en la sala también se escucha sus grabaciones en
estudio.
Y
es precisamente en Landshut donde el buen hacer de Mikhail Pochekin se ha
plasmado este año con la creación del primer Festival Internacional de Música
de Cámara de Landshut, del que Pochekin es el director artístico. En apenas
tres días, entre el 1 y el 3 de septiembre, se celebraron cinco conciertos en
la sala Heilig Kreuzkirche. Allí actuaron quince músicos de reconocido
prestigio internacional: los violonchelistas Simon Tetzlaff y Boris Andrianov,
el clarinetista Valentin Uryupin, los pianistas Kiveli Doerken y Kenny Broberg
y los hermanos Pochekin —Ivan Pochekin es también un prestigioso violinista y
violista—, entre otros.
En un mundo influido por las redes sociales, la
inmediatez, la superficialidad y la brevedad, cabría preguntarse, ¿y quién va a
comprar un cedé hoy? Uno pertenece a una generación que aún compra cedés y
libros, un modo de reconocer el trabajo de artistas y escritores. Dado que no
es fácil ver tocar a Mikhail Pochekin en España, habremos de conformarnos con
las grabaciones que existen de sus magníficas interpretaciones. No obstante,
donde esté el directo, que se quite el estudio de grabación.
Escuchar Romantic Violin Concertos es
como regresar a un tiempo en el que las personas sólo podían escuchar música en
las salas de conciertos: sin prisas, con profundidad, tomándose su tiempo, en
definitiva, disfrutando del acto musical por excelencia, ese en el que unos
músicos dan vida a algo que originalmente sólo estaba en la cabeza de los
compositores. Escuchar a Mikhail Pochekin es revivir la mejor música y sentir
una de las más hondas emociones: el amor por la vida y sus gentes.
Michael Thallium
Félix Mendelssohn, Max Bruch y Mikhail Pochekin
Cómo citar esta reseña: THALLIUM, MICHAEL.
(2023). Félix Mendelssohn, Max Bruch y Mikhail Pochekin. Numinis Revista de Filosofía, Época
I, Año 2, (RM32). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/09/felix-mendelssohn-max-bruch-y-mikhail.html
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