Notas sobre una epistemología acoraz(on)ada en comunidades conspirativas (Parte 2/4)
En la anterior columna vimos como esta corriente conspirativa señalaba cierta escisión entre la realidad como la vemos y un grupo anterior en el tiempo que la orquestaba. Ahora bien, ¿cómo conocer aquello que se nos oculta? ¿Acaso se puede hacer una epistemología de lo ocultado? Fijémonos que no se trata de conocer aquello que no puede verse, sino de conocer aquello que se nos esconde tras aquello que vemos. Sin embargo, ¿cómo podemos saber que hay alguien que se esconde tras aquello que vemos si solo se nos muestra a través de tales ‘máscaras’? Al igual que podría darse con el pensamiento cristiano, el primer acceso a estas creencias se da por un proceso de revelación: una verdad revelada. Sin embargo, es una verdad que, al estar ocultada, no puede ser des(cubierta) por el resto de la población sino a través de un proceso pedagógico por parte de quienes ya la conocen. Aquello que aportan quienes llevan cierto tiempo en el grupo es, ante todo, una nueva interpretación de lo real más que nuevas evidencias; ejemplo de ello es la teoría de la conspiración de las estelas químicas o chemtrails, tan difundida en el grupo, donde las estelas de condensación que dejan los aviones se interpretan como estelas con agentes químicos o biológicos con el fin de perjudicar la agricultura para un control demográfico. En cierta forma, es una cuestión de hermenéutica o la forma de interpretación de la realidad, hay una confrontación clara entre la interpretación pública y la interpretación conspirativa, de manera que el objetivo final de estos grupos no es sino una suerte de batalla cultural por la hegemonía de la interpretación. Veamos esta siguiente imagen publicada tanto en su página web como repartida en las manifestaciones que organizaban, que condensa su pensamiento en torno a la cuestión de la Agenda 2030.
Aquello que más resalta de esta imagen no es sino
la capacidad de señalar un paralelismo con cada uno de los puntos de la Agenda
2030, de tal forma que, como vimos, todo parece ser posible de integrarse en su
teoría sin dejar un mínimo resquicio de contradicción. Ahora bien, ¿cómo se
produce tal integración o perseverancia de la creencia? Encontramos una
semejanza cercana con la creencia en un dios benevolente, como podría ser el
Dios cristiano. Sin querer generalizar, podríamos imaginar cómo una situación y
su contraria refuerzan la idea de un Dios bueno; por ejemplo, el (no)
fallecimiento por una enfermedad. En caso de que la persona en cuestión se
recupere, se dirá ‘gracias a Dios que se ha recuperado, mis rezos han tenido un
fin’; sin embargo, en caso de que no se recupere, se dirá ‘los caminos de Dios
son inescrutables, Él la guarda ahora en su gloria’. Puede que haya momentos de
incomprensión e incluso cuestionamiento, como cuando ante el fallecimiento de
mi tía, mi querida abuela clamaba ‘Dios, ¿por qué me has dejado a mí en vida
para aguantar este dolor?’; sin embargo, este tipo de creencias parecen
finalmente perseverar incluso frente a lo más claros contraejemplos. Con las
comunidades conspirativas ocurren procesos epistémicos similares. A menudo, hay
un sesgo de confirmación muy marcado, sólo se comparten noticias que despiertan
respuestas similares, ‘dije que esto iba a ocurrir’ o ‘otro ejemplo más de la
maldad de las élites’.
Sin embargo, cuando ocurre aquello que no cuadra con su teoría, se dirá que la Agenda 2030 avanza cada vez más rápido o incluso que su poder se está reflejando en formas cada vez más refinadas. Se trata de una epistemología del disfraz, de manera que el objeto de conocimiento está oculto y es el individuo quien considera si tal o cual fenómeno es una máscara o una expresión auténtica del mismo. De esta forma, se da un fenómeno que explica la persistencia de las creencias conspirativas: no hay nada que pueda suceder en la realidad que funcione de evidencia contra su creencia.
Si quisiéramos hacer un esfuerzo por sistematizar,
diremos que la pedagogía de lo oculto se produce a través de la resignificación
de la autoridad discursiva; es decir, se desprestigia la palabra de los medios
de comunicación tradicionales, así como de autoridades bastamente extendidas
como la comunidad científica, y apuestan por nuevas formas de comunicación. En
términos generales, se puede decir que toda información enviada al grupo se
considera verdadera si cumple, al menos, una de estas tres condiciones:
1) Haber sido publicado
por un medio de comunicación o canal de Telegram afín al grupo.
2) Haber sido publicado
por un medio de comunicación masivo pero que sea afín a las ideas del grupo
(hay ocasiones en las que, cuando los medios tradicionales o científicos
particulares se alinean con alguna de sus ideas, son citados como fuente de
autoridad sin cuestionarlos)
3) Haber sido enviado por
una personalidad reconocida del grupo.
Sin embargo, la adopción de este tipo de creencias se presenta como una adopción sacrificada: el conocimiento es un sacrificio. De hecho, los mismos usuarios del grupo presentan la misma integración en el paradigma conspirativo como un proceso duro y prolongado.
En un comienzo, quienes pudieran tener acceso a
este tipo de creencias era un grupo a su vez selecto, similar a un pueblo
elegido. El resto del pueblo tiene que seguir el camino que este ha realizado
para poder llegar a sus mismas conclusiones, la verdad que se muestra tiene
cierta brisa de profetismo. Me ha resultado prácticamente imposible rastrear
los comienzos de este tipo de creencias contra la Agenda 2030, de hecho,
parecen haberse integrado en grupos previamente existentes asociados a teorías
conspirativas clásicas, como la del Nuevo Orden Mundial (NOM) o la del Estado
Profundo. Sin embargo, hay ciertas personalidades que dirigen el discurso en el
grupo hasta el punto en el que menos del uno por ciento concentra más de la
mitad de los mensajes que se envían y si ascendemos a un diez por ciento,
veremos que acumulan más del noventa por ciento de mensajes enviados. De esta
forma, la mayoría de usuarios activos en el grupo permanece de forma pasiva
dedicándose a la lectura de los mensajes, precisamente porque no hay
prácticamente debates discursivos, sino que los mensajes reenviados, las
noticias y notas de prensa y la resolución de algunas cuestiones logísticas
acaparan la inmensa mayoría de las conversaciones.
Los procesos de creación de conocimiento por parte
de los usuarios del grupo son, en su mayoría, unidireccionales: hay un pequeño
grupo de personas que ejercen una suerte de pedagogía con quienes han decidido
pertenecer al grupo de Telegram. Esta forma de crear conocimiento colectivo
sigue algunas pautas de la religión cristiana, donde la autoridad epistémica y,
sobre todo, la confianza de autenticidad, es reservada por un pequeño grupo de
hombres. La entrada al grupo de Telegram es libre y gratuita y no supone ningún
tipo de compromiso, de hecho, en las octavillas que reparten hay un enlace
directo a los mismos con el rótulo ‘infórmate debidamente en Telegram’. Quienes
entran, en un primer comienzo, son ciertamente legos en la cuestión de la
Agenda 2030 y en el grupo se produce un doble proceso que nos recuerda,
inevitablemente, a algunas formas eclesiásticas. En primer lugar, un proceso
epistémico marcado por la difusión de información no contrastable y, en segundo
lugar, un proceso social de integración y formación de comunidad. En este caso,
se reconocen como una comunidad negacionista y resignifican así el término
blindándose ante la crítica social y generando un enemigo común en un mundo
donde prácticamente todo el mundo es enemigo.
[Imagen compartida en el grupo de Telegram]
Las formas de enemistad no son siempre las mismas,
sino que hay toda una iconografía que crea un imaginario simbólico para
interpretar la sociedad. En la siguiente columna, analizaremos cuál es la
iconografía usada en el grupo y qué paralelismos establece con el pensamiento cristiano.
Manuel García Domínguez
Notas sobre una epistemología acoraz(on)ada en comunidades conspirativas (Parte 2/4)
Cómo citar este artículo: GARCÍA DOMÍNGUEZ, MANUEL. (2023). Notas sobre una epistemología acoraz(on)ada en comunidades conspirativas (Parte 2/4). Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CM36). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/08/notas-sobre-una-epistemologia.html
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