Lo
imposible como el único horizonte posible de la vida española
María Zambrano en Horizonte del liberalismo (1930) señala que hay una actitud política ante la vida que tiene que ver con intervenir en ella con un afán de voluntad de reforma. Así, la política es reforma, creación, evolución y lucha, una conjunción entre individuo y vida que parte necesariamente de una supuesta concepción del hombre. Por consiguiente, toda política como voluntad de reforma que es, se encuentre siempre vinculada en su esencia espiritual a un dogma. Por ello, es necesario hacer una revisión de las esencias formales y de las categorías políticas desde la raíz, aceptando ciertas herencias y rechazando otras de tal modo que se pueda construir una política que ame la vida y no que la aprese.
En
este sentido, enfocando nuestra mirada hacia la España desde donde Zambrano
escribe ¿cómo podemos llegar a una política revolucionaria en un país donde la
inteligencia ha ocupado un papel dramático? Zambrano señala en Los
intelectuales en el drama en España (2015) que por el motivo que sea, a los
españoles no les ha parecido gran cosa eso de ser inteligentes. Así, el peligro
de una política en apariencia revolucionaria pero realmente conservadora es
peor toda vez que se haya justificada presentándose como lo único posible. El
conservador que tiene ansia de perfiles y arquitecturas inamovibles lo es,
entre otros muchos asuntos, por pereza o por egoísmo. De tal modo que dicha
pereza o desinterés por la inteligencia le puede llevar a aceptar una política
que excluye la revolución toda vez que la presupone de un modo continuo.
Para
Zambrano hay una contradicción en el corazón del liberalismo cuyo origen radica
en el Humanismo. Dicha contradicción tiene que ver con que el liberalismo se
asienta sobre la esclavitud en su expresión social del mismo modo que la
libertad se funda en una previa obediencia en la esfera metafísica. Así, para
Zambrano hay dos asuntos centrales que debemos reconfigurar: por un lado, el
inmenso amor al hombre y no a una clase que nos conduce a la democracia
liberal, y, por otro lado, el amor a los valores suprahumanos que el hombre
encarna en la cultura, en la aristocracia espiritual, en la libre
intelectualidad, etcétera. Por ello, si el liberalismo aspira a desarrollar
todas las capacidades humanas debe renunciar al componente económico. Las dos posiciones a las que la autora se enfrenta son, por
un lado, el mantenimiento del capitalismo económico que aspira a esclavizar a
las masas, y, por otro lado, con el humanismo Zambrano ve cómo a pesar de
acabar con la esclavitud de las masas en términos económicos, sí que produce la
esclavitud del intelecto, esto es, esclaviza a la élite. Por ello, propondrá
una combinación entre democracia económica y aristocracia espiritual. Esto
sería lo que para autora podría entenderse como un liberalismo/socialismo de
«nuevo horizonte».
Volviendo al asunto de la escasez intelectual en España, Zambrano
dirá que, mientras en Europa se creaban los grandes sistemas filosóficos desde
Descartes a Hegel, o mientras se realizaban los grandes descubrimientos
científicos, el español, salvo excepciones individuales, se nutría de otros
incógnitos misterios que nada tenían que ver con lo que sucedía en el resto de
Europa. Es por ello que España se fue separando de la vida europea debido a la
progresiva decadencia política. En lo que respecta a la filosofía, Suarez
parece ser la excepción que desde tiempos escolásticos surgió como una especie
de rara avis española. Sin embargo, es quizás la literatura, más
concretamente la novela un ámbito más propenso para la nutrición intelectual
del español. Esto es debido a que «ni la filosofía ni el Estado están basados
en el fracaso humano como lo está la novela. Por eso, tenía que ser la novela
para los españoles lo que la filosofía para Europa».[1]
Puede
ser esta la razón por la cual para Ortega la masa es una amenaza para el
liberalismo toda vez que el hombre masa es para el filósofo un hombre hecho
deprisa y vaciado de su propia historia. Más que un hombre, se trata de un
caparazón de hombre, o un hombre fracasado, tal como de algún modo señala
Zambrano, ya que el poco cultivo de la inteligencia del hombre masa le ha hecho
caer en movimientos como el fascismo o el comunismo. Es por ello que para
Zambrano el comunismo tiene del liberalismo su raíz humanista. Sin embargo, el
liberalismo solo delimita el terreno de lo humano sin precisar con exactitud su
contenido espiritual, mientras que el comunismo sí lo precisa con rigor, que
sería lo económico. Además, esta obsesión por las masas no solo lo encontramos
en Ortega, sino también en autores como es Azaña dentro del ámbito español y
fuera de él en Fred, entre otros.
Así,
esa alusión al fracaso, al hombre vacío o melancólico tiene que ver con eso que
Zambrano señala como uno de los pasos de la problemática española que no es más
que el tropiezo con el anhelo ilimitado, con lo imposible como meta y solución.
Lo imposible como el único horizonte posible es lo propio de la vida española y
del hombre que vive, de ahí que el vivir del español sea una constante lucha
contra los límites de lo posible. Y ese pensar lo imposible, esa melancolía
como forma de sentir la vida como tiempo irreversible de algún modo es una
corriente de instantes que conducen hacia un fin. La vida como un río que
desemboca en el mar, donde converge la muerte y el nacimiento.[2]
Ayoze
González Padilla
Lo
imposible como el único horizonte posible de la vida española
Cómo citar este artículo: GONZÁLEZ PADILLA, AYOZE. (2023). Lo
imposible como el único horizonte posible de la vida española. Numinis Revista de
Filosofía, Época
I, Año 2, (CM3). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/07/Lo-imposible-como-el-unico-horizonte-posible-de-la-vida-espanola.html
[1] ZAMBRANO,
MARÍA. (2003). La razón en la sombra. Antología crítica. Siruela, p.
485.
[2] Cfr. Ibid., pp.
487-490.
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Gracias por traer a una autora tan interesante como Zambrano al terreno político sin desestimarla por lejanía temporal u otros factores. Ha sido un placer leerte
ResponderEliminarCreo que hay que superar esa idea de que España es una excepción en Europa, pero por lo demás el planteamiento de Zambrano y tu forma de expresarlo son muy brillantes.
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