Cámaras de eco
Desde hace unos años se ha popularizado uno de esos términos anglosajones de nuevo cuño: «echo chamber» o cámara de eco en español. Es decir, la selección (consciente o inconsciente) de la información que confirma nuestras creencias y el rechazo de aquella que las contradice. Este es un fenómeno que se ha fraguado al calor de las redes sociales y de la preponderancia, cada vez mayor, de las relaciones digitales en la vida de muchas personas.
Este fenómeno está fuertemente ligado al sesgo de confirmación: la tendencia por la cual las personas tendemos a buscar e interpretar la información de forma que apoye nuestras ideas y creencias. Esto nos puede llevar al extremo de que la misma información pueda ser interpretada de formas opuestas si el sesgo es particularmente fuerte. Cuando una idea o creencia está fuertemente asentada, es decir, forma parte de la identidad central de una persona, cualquier evidencia que la cuestione suele ser ignorada, porque destruye parte de la identidad del individuo: Si por ejemplo somos practicantes de una religión, o creemos en alguna ideología, ello forma parte de nuestra identidad, y la información en contra puede tomarse como un ataque personal.
Volvamos a las redes sociales, es bastante habitual observar discusiones (especialmente en algunas como twitter) en las que en vez de un diálogo más o menos respetuoso, se produzcan peleas, cazas de brujas y ataques indiscriminados. Es habitual el uso y abuso del bloqueo para evitar ver opiniones contrarias o personas con las que discrepa. Así, una persona que solo quiera recibir lo que le guste se acabará encontrando con información y otras personas que, del mismo modo, solo quieran ser confirmadas en lo que ya creen. Es así como se suelen formar las cámaras de eco, tanto online como en la vida real de forma muy parecida.
Como resulta sencillo deducir, este es un factor clave en procesos de polarización de todo tipo, no solo políticos como se suele creer. Muchas sociedades occidentales están sumamente polarizadas, como por ejemplo Estados Unidos o la propia España, por lo que el fenómeno de las cámaras de eco debe hablarse y debatirse. El aislamiento en comunidades, en las que todos creen lo mismo sin crítica ni contradicción, sólo puede devenir en la generación de un pensamiento pseudomágico, en el cual el mundo no es como es realmente, sino como nosotros o nuestro grupo cree que es. Así, cualquier evidencia de lo contrario se recibe con un rechazo frontal, cerrando cada vez más el muy necesario diálogo de ideas y creencias diferentes.
El diálogo abierto y libre es una de los elementos fundacionales de una democracia que pudiéramos considerar como ejemplar, y éste fenómeno atenta directamente contra este elemento clave. En mi propia visión, el verdadero riesgo reside en que tanto las redes sociales como Internet en general adquieran la forma de una gran cámara de eco general, impuesta por diseños logarítmicos de forma que la posibilidad de ver una opinión que no encaje con nuestra cosmovisión sea una rareza, una suerte de transformación en guetos de las comunidades de internet.
La solución no solo pasa por ser conscientes del tanto del sesgo de confirmación como de las cámaras de eco, sino por mantener una actitud crítica y no dejarnos dominar por las emociones y los sentimientos, los cuales suelen dominar a la gente que actúa de esta misma manera. Seamos curiosos e indaguemos ante cualquier información que contradiga nuestras creencias, tanto si es cierta o falsa, saldremos más sabios y experimentados del proceso.
Sergio Cánovas
Cámaras de eco
Cómo citar este artículo: CÁNOVAS, SERGIO. (2023). Cámaras de eco. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CD27). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/05/camaras-de-eco.html
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