Porque otros éramos, estos somos
¿Y quiénes seremos? Quizás uno
jamás llega a saberlo hasta que el futuro incierto se hace presente, y
posiblemente tampoco pueda explicárselo del todo hasta que el presente quede lo
suficientemente lejano como para observarlo sin la urgencia del instante que
sucede al instante, aquí y ahora. De eso sabe bastante un poeta que lleva
muchos años, casi media vida, escribiendo esa novela en marcha que titula Salón
de pasos perdidos. Ya lleva veinticuatro tomos. El poeta se llama Andrés y
descartó para la literatura el primer apellido que le dio su padre para firmar
con el segundo que le dio su madre. Andrés Trapiello reescribe su vida en cada
uno de esos tomos. Uno solo ha leído los dos últimos: Quasi una
fantasia y, el más reciente, Éramos otros, que acaba
de publicarse en Ediciones del arrabal. La editorial la llevan él,
su mujer, Miriam, y sus dos hijos, Rafael y Guillermo. Hay que ser poeta y
conducirse con denuedo para emprender tan ardua empresa, la de reescribir una
vida; para la otra, la de editar, intuye uno que no hay que estar muy cuerdo.
Ya lo decía Sancho, por más que Don Quijote le enmendara la plana: «Más sabe el
necio en su casa que el cuerdo en la ajena».
Leer sobre el pasado no es algo
inusual. Lo hacemos con frecuencia, aunque la mayoría de veces ese pasado suele
ser ajeno y lejano, es decir, que leemos historias de otros, de vidas que no
nos atañen o que nos quedan tan lejos que podemos diseccionarlas sin miedo a
que los muertos nos perturben. Nos incumben poco o casi nada. Sin embargo, el
pasado que reescribe Andrés Trapiello, no es tan lejano. Apenas diez años.
Podemos revivirlo, aunque no se trate de nuestra vida, porque de algún modo la
vida narrada por Trapiello es un poco nuestra también. Son lugares que hemos
visitado, personas de quienes quizás hayamos oído hablar, cosas que ocurrieron
no hace tanto. Leerlo es como un golpe de vida que llena el presente con el
repente de un pasado parcialmente olvidado. Sí, uno estuvo allí de alguna
manera. ¿Ocurrió? Sí, ocurrió, pero el escritor lo transforma en poesía vital,
a veces con humor ingenioso, con mucha chispa; a veces con melancolía o
nostalgia; casi siempre con la hermosura que brota de las manos del poeta que
moldea la pella de barro en el alfar de las palabras. Por las páginas del libro
pululan personajes reales cuyos nombres se esconden detrás de una inicial, de
una letra. Hay que adivinarles el nombre. Algunos son obvios; otros, resultan
más difíciles. Está bien así. ¿Para qué saber el nombre de la persona si lo que
verdaderamente cuenta son los hechos y cómo están narrados? Todos podemos ser
A. o B. o X. Si uno anda avezado y tiene curiosidad, puede llegar a averiguar
de qué personas se trata.
Ya lo ha dicho y escrito uno en
más lugares: leer a AT. es descubrir palabras y aumentar el número de libros que
van conformando la modesta biblioteca que uno atesora. T. saca del arca de las
palabras todas esas que han quedado algo olvidadas y las coloca en el lugar
exacto donde recobran todo el sentido, para darles vida. Sí, en sus libros
algunas palabras resucitan para que quienes las lean puedan exhortarles, como
si de a un Lázaro de Betania se tratara: «levantaos y andad». Uno se admira de
poder leerlas ahí donde si no estuvieran, faltaría algo, faltaría todo. Encajan
a la perfección. Y así va uno aumentando su vocabulario.
Y con el vocabulario se acrecen
también los libros. No son pocos los autores y libros que uno ha ido conociendo
en las páginas de AT. Uno culpa al poeta del alabeo de los anaqueles de su
humilde biblioteca. Porque sí, ¡el saber ocupa lugar y pesa! Entre los
escritores de reciente descubrimiento se encuentra el poeta y dramaturgo, José
Mateos, de quien mañana, precisamente, se estrena en Madrid ¡Silencio, se piensa!, un auto sacramental en
forma de farsa, todo un alegato de amor al teatro, al arte y al pensamiento
crítico.
Decía uno al principio que Éramos
otros es el libro más reciente de AT. El título le viene que ni
pintado, porque al leerlo y rememorar aquel año 2010 en el que transcurre la
historia de esta novela en marcha, le golpea a uno la vida con el repente del
pasado y se da cuenta de que porque ayer otros éramos, estos hoy somos.
Michael Thallium
Porque otros éramos, estos somos
Cómo citar este artículo: THALLIUM, MICHAEL. (2023). Porque otros éramos, estos somos. Numinis Revista de Filosofía, Época
I, Año 2, (CV10). ISSN
ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/05/Porque-otros-eramos-estos-somos.html
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