María Zambrano, hermenéutica del
pan y la palabra
La literatura testimonial de María Zambrano tiene su máxima expresión en la correspondencia. El nexo con escritores gallegos es innegable. Uno de los autores con los que mantuvo una gran amistad fue Camilo J. Cela. Don Camilo la animó a escribir en su Revista Papeles de son Armadans, en muchas ocasiones, así que podría afirmarse que fue un gran divulgador de sus palabras debido a la admiración que le profesaba desde su juventud.
En Serantes (2010) se hace
referencia a que en una de esas cartas Zambrano le sugiere hacer un número
monográfico sobre el pan a lo que don Camilo le contesta el 3 de abril de 1962,
que aunque valora su sugerencia le resultaba imposible atender a su petición,
por este motivo, como autora galaica, he querido tomar el relevo y hacerme eco
de esta temática. Me parecía preciso ahondar en el universo simbólico que rodea
una palabra tan sencilla en la forma y tan compleja en el fondo.
Balduino de Ford (2013) decía que
era preciso distinguir el pan «que prepara y hace el panadero pan de vida para
distinguirlo de ese pan que se corrompe que ni es vida ni la da sino que con
trabajo la conserva y sólo por un tiempo aquel que por el contrario es vida da
vida conserva una vida que nada le debe a la muerte» (p.170).
En un mundo en el que para
sobrevivir hay que ganarse el pan, según Zambrano, la ley del pan manda que se
ofrezca y que se reciba, que se comparta incluso que se coma junto a los demás
(ágape) así no es de unos u otros sino nuestro pan de cada día como un
derecho o justicia social derivada, de un mundo natural, que no hace
distinciones. Si es cierto que el hambre y la esperanza son los motores de la
vida humana, el pan sería el símbolo más representativo de esta dualidad.
La etimología de la palabra pan
nos remite a su origen griego y hace referencia al TODO. En el fondo, creo que
esto tiene que ver con un estado de conciencia o una visión de la vida más
amplia, porque la experiencia se encuentra en todas las cosas. En esta palabra,
se nos remite a la esencia del mundo en el germen de trigo, que a través de su
manufactura, se convierte en elemento esencial para los vivos reuniéndolos en
un singular simposio en el que no solo se sacia el hambre, sino que el ansia de
estar juntos y hablar de un todo que es la vida misma y que se transforma en
vínculo sagrado, al saber estar y tratar con los otros.
No hay ninguna cultura en el
mundo, que no conozca el pan (sin levadura, al vapor o frito con uno u otro
grano) por eso es un universal, porque en las antiguas civilizaciones
agrícolas, se identificaba el reino vegetal, con el misterio de la vida y la
muerte porque la semilla ha de morir para dar fruto. La metáfora del
trigo era esencial en el antiguo Egipto. Como curiosidad diré que en hebreo,
Belén, significa casa del pan y que los griegos honraban a la diosa Pan e
incluso los romanos daban culto a Júpiter panadero por la espiritualidad y por
la fecundidad, de ahí viene la idea de plantar la semilla.
Al pan se le pueden sumar otros
elementos como la sal o el vino, como parejas que lo complementan y le dan
carácter, y a lo que el TODO no es una entidad que actúa en solitario. Por eso
cuando Zambrano decía «convivir es compartir el pan y la esperanza» (Zambrano,
1989, como se citó en Pérez, 2012) pone en el pan el origen de la existencia y
de la subsistencia, pero en la palabra está el sentido porque es ahí donde se
realiza la persona, tanto a nivel individual como colectivamente y es que la
alteridad que es mucho más que tolerancia. Pero en nuestra sociedad, hay que «ganarse el pan» o earn a
living en inglés que es algo parecido a mantenerse seguir vivo mediante el
trabajo duro, aunque ahora sea más popular la expresión «pan y circo» y se haya banalizado el
significado y su complemento sea el entretenimiento y la subsistencia
como medio de control de masas, como un intercambio de bienes, que pierde su
finalidad porque al final es un camino al vomitorium y el mundo sigue
girando porque ese pan es insípido y solo es signo de un consumo conspicuo.
Salir del anfiteatro es un acto de valentía, porque solo así, se conocen las
causas de las cosas.
Arantxa Serantes
María Zambrano, hermenéutica del pan y la palabra
Bibliografía
-
DE FORD, B. (2013). Meditación. Magnificat, Abril.
-
ORTIZ, M. J. P. (2012, octubre 31). Adolescencia y juventud de María Zambrano.
La Opinión de Málaga. https://www.laopiniondemalaga.es/cultura-espectaculos/2012/10/31/adolescencia-juventud-maria-zambrano-28781167.html
- SERANTES, M. A. (ed.). (2010). Correspondencia Camilo J. Cela - María Zambrano (44). BGL. https://minerva.usc.es/xmlui/bitstream/handle/10347/7569/pg_167-182_bgl44.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Cómo citar este artículo: SERANTES, ARANTXA. (2023). María Zambrano hermenéutica del pan y la palabra. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CS4). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/05/Maria-Zambrano-hermeneutica-del-pan-y-la-palabra.html
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Un artículo tan nutritivo como el pan. Que el pan en verdad puede unir mucho.
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