A todos quienes deseen amar
Oh amor, tierno y dulce amor, qué
difícil eres. Qué difícil es amar, y el amor, y el enamoramiento, y el ser
amado, y el amarse en general. Con todas sus vértebras, venas, huesos y carne,
con todos sus quehaceres, mejores y peores, grandes y pequeños, hacia arriba y
hacia abajo, hacia fuera y hacia dentro.
Qué reto para el que ama, qué
labor más ardua y bella, más frágil y dura, más poco clara por momentos. Porque
amar, lector mío, es una tarea de toda, toda la vida. No se crean, ni por un
instante, que amar es enamorarse, puesto que ni siquiera consiste en lo otro
tras el enamoramiento. Esa etapa donde el amor trasmuta en exigencia, renuncia,
entrega, desdichas y alegrías, penas y glorias; más puro que el diamante, si es
que se pudiera amar así.
Pero lo que sea el amor, que
tanto nos pierde y aloca, que tanto nos transforma y trastoca, no sé si quiero
saberlo. Porque, ¿acaso es el amor algo que se sabe?, ¿como un dato que se ha
de aprender?, ¿tan real como la realidad misma?, ¿tan inteligible como las ideas?,
y ¿tan palpable como lo sensible? ¿No será que se nos escapa algo? ¿Que el amor
no es tan tangible, ni tan sensible, ni tan real?
¿Qué es el amor? O ¿quién es?
Será que en vez de saberse se siente, o en vez de sentirse se vive. Y cuando se
lo vive verdaderamente, arrebata al ser que lo padece de su propia identidad,
de su mismo Yo, de su más profunda interioridad. Porque no se trata de un juego
de palabras, no se crean que esto lo digo por decir, sino que va más allá de
una percepción, de un pensamiento o idea.
Con el amor no se nace, sino que
se adquiere. Aprendimos a amar dejándonos amar, obligados a ello. Quienes nos
recibieron nos amaron antes de amarles, libremente. Pero esta no es la pregunta
a la que debemos dar una respuesta. No se trata tanto de quién me amo antes, o
a quien ame yo primero. Sino de qué es el amor. Esa pregunta cuya solución se
acerca más a un acto que a una definición.
Amar, si ha de conjugarse
debidamente, ha de realizarse con el verbo estar y, posteriormente, con el
verbo ser. Primero, se está enamorado, y después, se es enamorado. El enamorado
lo es porque lo está, pero no lo está porque lo es. Al contrario de cómo sucede
con otras muchas realidades del hombre, el amor es algo que ha de hacerse.
Hacer el amor, como algo que se practica, que se cultiva, que debe cuidarse,
crecer, podarse y renacer constantemente.
El amor, si se piensa, no puede
ser definido categóricamente. Por más que se quiera, ninguna definición
contendrá en sí misma el contenido de la idea que se quiere comprender. Pues aún cuando hablamos del amor, no amamos. Así, aunque hablemos del
querer, no querremos. Entonces, si su definición no contiene en sí misma la
realidad de la que hablamos, ¿cómo podremos saber qué es en verdad el amor?
En efecto, no es fácil definir
algo que, por su esencia, la libertad, se escapa constantemente de nuestras
manos. Ya que el amor, movimiento libre del corazón, no quiere ser capturado
bajo un concepto. No se deja atrapar, porque es inatrapable, porque
está hecho para ser libre; y por eso ni en la realidad ni en la idea se deja el
amor comprender absolutamente.
De este modo, a todo aquel
a quien se le pregunte por el amor, por esto mismo, responde con otro verbo
similar a través del cual explicar esta incógnita realidad. Ya que al no
dejarse atrapar, escapa a todo término. Entonces, para aclararnos, debemos de realizarnos
la pregunta de este modo: ¿a través de qué realidades podemos comprender lo que quiera que sea el amar? La respuesta justamente debemos encontrarla, no en el ser, sino
en el estar. A lo que cabe preguntarse también: ¿qué actos manifiestan el amor? O,
incluso, ¿cuáles no? Y, ¿cómo diferenciaremos unos de otros?, ¿bajo qué
parámetros o principios?
Estas cuestiones, de suma
importancia para quien quiere saber del amor, o quizá, saber amar, necesitan
ser contestadas. Pues de este modo, y no mediante una mera práctica sin sentido
donde el sentimentalismo y la pasión priman, conseguiremos amar a quienes
deseamos amar, y dejarnos amar como debemos ser amados.
Tomás Bravo Gutiérrez
A todos quienes desean amar
Cómo citar este artículo: BRAVO GUTIÉRREZ, TOMÁS. (2023). Feliz necesidad. Numinis Revista de Filosofía, Época 1, Año 2, (CM27), ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/05/A-todos-quienes-deseen-amar.html
Esta revista está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
No hay comentarios:
Publicar un comentario