El silencioso
caso del autismo
Hoy traigo un tema un tanto inusual pero que prácticamente no se comenta más allá de algunos artículos especializados de psicología, mucho menos en los medios de masas o en redes sociales. El tema es el espectacular aumento de casos de autismo en todo occidente. Para los que no sepan de qué hablo, el autismo o trastornos del espectro autista es un trastorno neurológico caracterizado por deficiencias en las capacidades sociales y comunicativas, patrones repetitivos de conductas, intereses y actividades muy específicas y limitadas, entre otros rasgos.
Al ser un
espectro, hay muchas variaciones según cada caso personal. Hay elementos, como
el de gran sensibilidad al ruido o el rechazo selectivo a tipos de comida según
el color o la textura, que están presentes en algunos casos pero no en otros.
Los rasgos mencionados al principio son los más generales, pero no existe un
solo caso que podamos tomar como representativo de todos los individuos
afectados. Hay subtipos, como el síndrome de Asperger, que puede generar
individuos muy inteligentes mientras que en otros genera personas con
importantes deficiencias que los hacen dependientes de terceros.
Se trata de un
fenómeno complejo con subcategorías, lo que históricamente ha generado
problemas de diagnóstico y de categorización. No se empezó a investigar
seriamente hasta la década de los veinte del siglo pasado, y existe un problema
de coincidencias con otros trastornos, como el síndrome de la personalidad
esquizoide, hiperactividad o retrasos en áreas como el lenguaje o la
socialización. Por ello, no es extraño que casos de autismo sean mal
diagnosticados por otros trastornos y que se tarden años en identificarlo
correctamente.
Estudios tanto en Estados Unidos [1] como en el Reino
Unido [2] corroboran el aumento de casos en general. En Estados
Unidos uno de cada ciento cincuenta niños nacidos en 1994 tenían autismo,
mientras que uno de cada treinta y seis niños nacidos en 2012 han sido
diagnosticados con dicho trastorno. En Reino Unido, entre 1998 y 2018, los
diagnósticos de autismo en todo el Reino Unido se dispararon en un 787 por
ciento. Como podemos observar, se trata de un aumento en la proporción de casos
continuada y que no se reduce, lo que podría llevarnos en un futuro a tener una
parte importante de la población a tener este trastorno. En
España [3] ha habido igualmente un considerable incremento en años
recientes: más del 118% entre los cursos 2011-12 y 2017-2018.
Se especula
mucho de cómo surge el autismo, y la verdad es que no hay suficientes
investigaciones que ofrezcan razones concluyentes. Un bulo frecuente en Estados
Unidos es que está causado por las vacunas que se inoculan a los bebés, sin que
haya evidencia firme de ello. También se afirma que los casos de autismo son
más frecuentes cuando la madre da a luz en edades tardías, y aunque es cierto
que hay más probabilidades de que nazca un bebé con defectos, no hay una
relación directa con el autismo. Hay varias hipótesis que abarcan desde lo
genético, los factores ambientales durante el periodo del embarazo hasta una
supuesta hipótesis evolutiva que presenta rasgos autistas como la alta
capacidad de memoria, el pensamiento espacial y otras capacidades intelectuales
como deseables para la especie humana.
A mí me parece
fascinante no solo el inexplicable aumento de casos, del cual apenas se habla
en los medios, y por la muy diferente arquitectura cerebral que genera en los
casos de personas autistas de gran capacidad intelectual. El autismo no tiene
cura y se especula que es probable que sea un trastorno hereditario. Si este
crece al ritmo que se ha mantenido en las últimas décadas y su porcentaje de presencia
hereditaria es relativamente alta, es posible que un futuro no muy lejano
tengamos una población con rasgos autistas generalizados.
Sergio Cánovas
El silencioso
caso del autismo
Cómo citar
este artículo: CÁNOVAS, SERGIO. (2023). El silencioso caso del
autismo. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CD26). ISSN ed. electrónica: 2952-4105.
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¿No será simplemente que la liberalidad a la hora de diagnosticar autismo es hoy mucho mayor que hace décadas?
ResponderEliminarEstá muy bien enfocado el artículo. A mi parecer considero que, en tanto que el enfoque biomédico es siempre el correcto, debe deberse a cuestiones biológicas, físicas y químicas. Un placer leerte.
ResponderEliminarPersonalmente creo que hay ciertas categorías diagnósticas que son demasiado liberales a la hora de encasillar o patologizar a los sujetos que la psicología no entiende como “normales”, pero bueno, esta opinión da para mucho más que para un comentario
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