La realidad
Esto es una cuestión muy compleja, de la que no pretendo dar una respuesta única y válida para quien lee estas líneas. Cuando estudiaba el grado me comentaba un profesor que evitara usar la expresión «la realidad tal cual es», que se había puesto de moda entonces, por el hecho de la dificultad de dar una respuesta a eso que es. Sin embargo, nos pidió que pensáramos sobre ella en una actividad, influenciada por el confinamiento que estábamos viviendo.
A
decir verdad, esta es una cuestión de la que no he reflexionado mucho hasta ese
momento en el que la realidad, acostumbrado a que esta siguiera una rutina
parecida día tras día, se vio alterada para todo el mundo. En ese estado de
confinamiento parecía que los pensamientos surgían de manera más ordenada, con
mayor precisión y claridad. Es claro también que esta reflexión está mediada
por la falta de libertad y el miedo al virus que traía de cabeza al mundo. Lo
que quiero hacer aquí es una breve reflexión sobre lo que es la realidad, algo
así como una ontología de la realidad y el fenómeno de la misma, su
manifestación.
La
realidad es el ámbito del despliegue de la existencia del ser. Es configuradora
de mi realidad como las circunstancias de Ortega, pero también es moldeable por
mí. Es anterior e independiente de mi existencia, pero inseparable de la misma
una vez que estoy inserta en ella. Creo también que ella tiene cuatro
direcciones que parten o se unen desde la persona:
-
Una dimensión conmigo mismo o íntima.
-
Una dimensión para con los demás o social.
-
Una dimensión para con la misma realidad.
-
Una dimensión para con las realidades últimas,
fundantes de la persona o escatológica.
La
realidad tiene también un aspecto inmanente en las cosas que en ella se hallan,
es decir, en la realidad, pero trascendente también porque todo eso que vemos
está originado y por lo tanto es necesario buscar ese origen. La realidad no es
un enigma que la persona llega a completar sino un misterio que siempre se
profundiza, se aprenden y desaprenden cosas, es una constante
provocación o invitación a la curiosidad. Ella es la amiga del filósofo, tanto
como contexto en el que se mueve el pensador, pero también en el texto o el
pensamiento que en ella se origina. La realidad tiene un gran aspecto poético
porque las palabras quieren describir eso real en lo que estamos insertos, pero
no podemos hacerlo sino en figuras análogas a la misma. A semejanza de lo que
San Agustín decía del tiempo, si me preguntan que es la realidad no sabría
decirlo, pero si no me lo preguntan sí lo sé. Ella es evidente a nuestro ser,
pero esquiva al proferir una explicación.
La
realidad invita a la desconfianza porque siempre habrá una parte que
desconocemos de ella, pero esa misma desconfianza invita a indagar en ella, a
conocer cuánto lo limitado de nuestra naturaleza nos permite. La realidad puede
parecer como algo evidente, como base necesaria para movernos y existir, pero
dependiendo de cómo se perciba puede cambiar la vida para bien o hundirla.
Basta para esto ver que siendo algo objetiva hay muchos puntos de vista o de
vivencia de la misma siendo tan diferente para el optimista como para aquel que
está sumido en depresión.
Valentín
González Pérez
La
realidad
Como citar este articulo: GONZÁLEZ PÉREZ, VALENTÍN. (2023). La
realidad. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CS
29). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/04/La-realidad.html
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Cuesta encontrar una reflexión sobre la realidad tan certera como esta en tan pocas palabras
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