Zubiri, estética y fruición
La reflexión de Zubiri sobre la belleza tiene que ver con lo que es la realidad, pero no una realidad de cualquier manera sino actualizada en tanto que bella porque la realidad se puede pensar en otros términos como, por ejemplo, una realidad verdadera, mala, etc., pero Zubiri la ve en tanto que bella. No obstante, para aprehenderla hace falta una actualización.
Mediante el sentimiento nosotros
actualizamos afectivamente la realidad, pero todos los sentimientos poseen un
carácter estético que permite que esa actualización sea posible. Al ocurrir
esto lo que se produce es un atemperamiento fruitivo hacia la propia realidad.
Parece que el sentimiento no ha tenido cabida en la humanidad hasta ahora,
siendo algo inferior a lo racional y siempre abocado a la acción, pero esto no
tiene que ser así siempre porque puedo tener un sentimiento y esto no me lleve
a realizar nada. Me parece interesante el carácter subjetual del sentimiento,
pues experimento ciertamente que los sentimientos son algo que se dan en mí pero
no depende exclusivamente de mí, sino que tienen una referencia en otra cosa
que ha despertado en mí este sentimiento. Se convierte el sentimiento en un
sentirse en la realidad y un saberse afectado por ella.
La realidad nos afecta porque en ella existe una dimensión tonificante y es esta la que podemos aprehender afectivamente, es decir, la realidad en tanto que tonificante mediante el atemperamiento. Lo que hacemos con los sentimientos es atemperarnos ante una realidad que está ante nosotros y que presenta esta dimensión tonificante. Así el sentimiento lo que logra es ese estar atemperados a la realidad.
Reflexionando sobre la actualización
zubiriana comparto esa idea de que según el uso que haga al recibir la realidad
puedo hacerla actual o simplemente dejarla pasar de forma inconsciente. Es
necesario ser conscientes de que hay una realidad, pero no que toda
realidad nos es actual o presente porque solamente alguna parte se actualiza
ante nosotros. Así se puede decir que nos relacionamos con la realidad de dos
formas: el momento que nos da la realidad y el momento en que nos da a
nosotros. El modo mediante el cual se produce el ajuste entre las dos
realidades es la actualización. La realidad está a nuestro alrededor y se nos
hace presente a través de las facultades que poseemos (inteligencia, voluntad y
sentimiento). Tengo que actualizar la noticia de la realidad desde cada una de
las facultades.
La realidad se enfrenta ante nuestras
facultades y una de ellas es la del sentimiento. Podemos calificar nuestra
afectividad como vivida fruitivamente o a disgusto. Del mismo modo que emito un
juicio cuando tengo un sentimiento ante una situación particular este
sentimiento puede ser fruitivo o a disgusto y esto dependerá de cómo yo sea
capaz de actualizar afectivamente la realidad en mi sentimiento. Nuestro
sentimiento permite calificar los hechos por la presencia de la realidad que
interviene y se hace actual en nuestro sentimiento.
Fruición, fruición, ¿qué es esto? Pienso
en la fruición como en un termómetro para medir la temperatura de nuestra
vivencia de la realidad, pues así somos capaces de sentir si estamos
atemperados a la realidad o no. Fruición y disgusto son modos de la dimensión
estética de todo sentimiento que nos dice si nuestra vivencia afectiva es una
vivencia adecuada entre nuestro estado interno y nuestro entorno, así como si
somos capaces de vivirla en sintonía y en fruición.
Cuando esto aterriza en la vida individual
de cada individuo, nos podemos dar cuenta de que vivimos escindidos por creer
que nuestras capacidades son compartimentos estancos que no se relacionan y
esto puede causarnos problemas. Muchas veces con el argumento de la
responsabilidad y de poner voluntad a lo que hago me olvido de que otros
ámbitos son importantes. La razón me lleva a opacar a las otras facultades, no
me escucho y no sé cuándo parar a descansar, salvo cuando mi cuerpo somatiza
este parar en forma de dolor de cabeza o agotamiento. Esto es así porque me he
desatemperado de la realidad cuando ella pedía respetar mi propio ritmo vital.
Esta categoría la encuentro muy importante para poder lograr un equilibrio
entre hacer lo que tengo que hacer y el tener tiempo para vivir sin hacer nada,
digamos que estética o afectivamente en un hacer que, sin ser aparentemente
productivo, lo es de otra forma. Esto sería vivir fruitivamente.
Valentín González Pérez
Zubiri, estética y fruición
Como citar este artículo: GONZÁLEZ PÉREZ, VALENTÍN. (2023).
Zubiri, estética y fruición. Numinis Revista de Filosofía,
Año 1, 2023, (CS22). https://www.numinisrevista.com/2023/02/zubiri-estetica-y-fruicion.html
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¡Excelente! Zubiri es un pensador muy infravalorado. Gracias por rescatarlo
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