Los
desafíos de la educación en la cuarta revolución industrial.
La visión
de un ciudadano común
Muchas veces hemos leído que lo único que quedó en pie tras la caída del imperio romano de Occidente fue la Iglesia Católica. Si bien ésta es una frase o comentario simbólico y que simplifica demasiado, es útil para entender lo que ocurrió con el conocimiento de la época. La filosofía, en la forma del trivium y el quadrivium, se subordinó al saber teológico, como podemos observar en los estudios de las universidades medievales.
Lo podemos
imaginar como un tanque de ladrillos gigante, celosamente custodiado, y de casi
imposible acceso a la mayoría de los mortales. Siguiendo con esta imagen, el
contenido de este tanque, el conocimiento, lo visualizamos como una gran masa
de agua en su interior. Durante los aproximadamente mil años de duración de la
edad media, el conocimiento se mantuvo no solamente concentrado desde una
posición de poder o dominación, sino también concentrado en su contenido. La
filosofía y la teología eran todo el saber.
Sin embargo,
esos mil años no fueron lineales. Con el paso del tiempo, los desgastados muros
empezaron a ceder a la presión del agua. Se fueron desprendiendo algunos
ladrillos, con pequeñas pérdidas que regaban los alrededores del tanque, hasta
que finalmente se derrumbó y el agua se expandió. El renacimiento, el comercio,
las nuevas formas de producción precapitalistas, y principalmente, el
desarrollo de las ciencias, fueron como un big
bang del conocimiento. Se multiplicaron los objetos y los sujetos de
estudio.
Durante los siguientes años, y hasta la actualidad, esa expansión creció exponencialmente. Si lo vemos a través del prisma de la oferta de carreras universitarias contemporáneas, la atomización del conocimiento en especialidades es sorprendente. En el humor popular, de trasmisión oral y origen incierto, escuchamos que dentro de poco vamos a tener médicos especialistas en rodilla izquierda y en rodilla derecha. Sin embargo, hay algo que está ocurriendo. Es posible que haya un mar de fondo con una corriente inversa. Para entenderlo, tomemos un ejemplo que nos sirva de observación para un punto de partida. Sería un análisis de lo particular a lo general.
El ejemplo
es la medicina. Habría que retroceder al siglo XIX para que se viera al médico
como un sabio artesano que basaba su diagnóstico en su experiencia y sabiduría;
y los recursos técnicos, tales como laboratorios, si bien muy importantes en la
decisión, tenían un peso específico menor. Este escrito es del año 2022.
Claramente el peso específico del diagnóstico migró a los resultados de los
laboratorios y las imágenes.
¿Qué
ocurrirá con la medicina en los próximos años? ¿Será el médico un especialista
o ingeniero en diagnósticos por imágenes? Dicen que la ciencia avanza por
etapas o capas. Una generación de conocimiento se va depositando sobre la otra,
y así se va nutriendo. Pero en el caso del ejemplo de la medicina, lo que ahora
contiene toda la tradición de las capas del conocimiento que se desarrollaron
en el tiempo, es un software, como reemplazo del papel, y tal vez de la memoria
humana basada en la experiencia.
¿Cambió el
sujeto de estudio? Al principio hablamos de un big bang del conocimiento,
originado en la presión que el agua del tanque producía sobre sus paredes
desgastadas. ¿Podrá estar ocurriendo que el agua retrocede y se concentre en un
nuevo tanque, fabricado por el avance de la tecnología? ¿Las nuevas tecnologías
son la nueva filosofía que ocupa todo el saber? Y si es así, ¿quiénes serán los
nuevos filósofos?
Las
discusiones o debates más frecuentes de la actualidad, relacionados a los
cambios tecnológicos, se refieren a cómo debemos adaptar nuestros oficios o profesiones
a estos cambios. Se incluye en estos debates, la resistencia psicológica o
afectiva a los cambios por cuestiones generacionales. Sin embargo, la velocidad
de los cambios puede hacer que estos debates sean cuestiones de forma,
inclusive vacíos de contenido, y tal vez no estemos advirtiendo un tema de
fondo: ¿Pueden estar cambiando radicalmente los objetos y los sujetos de
estudio?
No debe ser
una tarea fácil para los sistemas educativos interpretar los tiempos históricos
con el objeto de adaptar estructuras, planes de estudio y recursos, para
modificar los contenidos en línea con los cambios en la realidad. El problema
de esto está en que, la velocidad del cambio de la realidad del funcionamiento
de las cosas, y de la vida misma, se ha acelerado de tal manera que muchas
organizaciones puedan quedar funcionando en un vacío, que es la realidad inexistente.
A manera de epílogo
Este texto,
que tiene la exagerada ambición de convertirse en universal, proviene de Buenos
Aires, República Argentina. Soy un hombre de cincuenta y seis años, de clase
media, profesional universitario en ciencias económicas, y que usa el teléfono
móvil al treinta por ciento de sus prestaciones, porque el resto no las
entiendo.
Más allá de
las pretensiones cosmopolitas del texto, las dimensiones de mi visión tienen
como primera frontera las de un país latinoamericano, y como tal, a las
dificultades de la transición generacional de un hombre de clase media, se
agregan las de miles de personas que no han tenido nunca el acceso o la
oportunidad de manejar una computadora personal.
Con esta perspectiva, uno de los más grandes desafíos de los Gobiernos y sus sistemas educativos es que, cuando se apague la luz de las viejas tecnologías para dejar lugar a una nueva vida con la cuarta revolución industrial, no quede mucha gente atrapada en la oscuridad.
Pablo
Alejandro Levitin
Los desafíos de la educación en la cuarta revolución
industrial.
La visión de un ciudadano común
Cómo citar este artículo: ALEJANDRO LEVITIN, PABLO. (2022). Los desafíos de la educación en la cuarta revolución industrial. La visión de un ciudadano común. Numinis Revista de Filosofía, Año 1, 2022, (AON5). https://www.numinisrevista.com/2022/12/Los-desafios-de-la-educacion-en-la-cuarta-revolucion-industrial.html

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Excelente artículo que sintetiza perfectamente los desafios de la educación hoy en día
ResponderEliminarMuy claro, excelente
ResponderEliminarExcelente visión y desafío... "No debe ser una tarea fácil para los sistemas educativos interpretar los tiempos históricos con el objeto de adaptar estructuras, planes de estudio y recursos, para modificar los contenidos en línea con los cambios en la realidad."
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