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¿Es Papá Noel, realmente, Piotr Kropotkin con gorrito?

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¿Es Papá Noel, realmente, Piotr Kropotkin con gorrito?

Si te digo que hablaré de un hombre mayor, con barba blanca y gafas antiguas de lectura, que se presenta como la máxima expresión del regalo, puede que pienses en Papá Noel, pero no, hoy hablaré de Piotr Kropotkin. Sin embargo, para no romper las expectativas creadas, veré cuál es su relación con Papá Noel y si acaso Papá Noel no son los padres, sino el fantasma de Kropotkin que recorre silenciosamente Europa.

Veamos, ¿por qué Papa Noel daría un regalo? A primera vista, encontramos al menos dos razones: porque espera un regalo a cambio -como en el amigo invisible, lo que se llamaría el «falso regalo» en la antropología de Marcel Mauss- o por pura solidaridad. Pensemos en regalar una muñeca a un chiquillo, ¿acaso esperará del chiquillo un regalo a cambio? No parece, Papá Noel lo da por pura solidaridad. Hay quien diría que espera un comportamiento y que Papá Noel es una herramienta de control, un panóptico navideño, pero esto lo dejaré para otro ensayo.

Esta economía del don o del regalo es para los economistas convencionales algo casi antieconómico, porque producen una cantidad enorme de productos muertos o inútiles para quienes reciben el regalo. Ciertamente, la utilidad no es la principal finalidad del regalo navideño, no responde a una necesidad, a veces se busca provocar una risa o una transformación, como cuando regalé un libro de anarquismo a mi tío «el cuñao» y este lo almacena intacto. Ahora bien, ¿podríamos imaginar una economía del regalo -en su sentido solidario- que pudiera satisfacer todas las necesidades trascendiendo estos ratitos de consumismo navideño? Podemos pensar esta economía en oposición a la economía del trueque y la economía de mercado, donde los bienes y servicios se intercambian. Esto tampoco nos resulta algo del todo ajeno, en las familias y pequeños grupos de amistades funcionamos así, de hecho, mis padres pagan mis estudios -algo que, con algunas dudas, presuponemos útil- sin esperar nada a cambio y cada cierto mes, vamos a donar sangre sin esperar nada de ninguna persona hospitalizada. Aquí entra al campo Kropotkin, que se pregunta, a grandes rasgos, si estas lógicas pueden extenderse a todas las necesidades.

Una sociedad regida bajo esa lógica seguiría la misma lógica que el principio básico del socialismo utópico que Marx asociará en su Crítica del Programa de Gotha a la fase superior de la sociedad comunista: de cada cual según sus capacidades, a cada cual según su necesidad. Reformulando esta idea sería algo así como «regalar a quien lo necesite el excedente -lo que no necesito- de lo que soy capaz de producir». Es un regalo en su sentido débil, puesto que, aunque no se espera necesariamente nada de tal receptor, sí se espera que otra persona nos regale aquellos bienes que necesitamos. A menudo se critica esta propuesta señalando el regalo en sentido fuerte, pero como pícaro español, me anticipo y la critico yo.

Un regalo en sentido fuerte supone regalar el excedente sin esperar nada a cambio de nadie, a lo Papá Noel. Sin embargo, aunque si uno tiene cubiertas sus necesidades se pueda hacer, como la caridad a quien canta o pide en el metro, un sistema que funcione bajo ese principio fuerte es del todo insostenible. Imaginemos la siguiente situación: Papá Noel se dedica a producir hielo para cubatas y reparte el excedente a la juventud, mientras que sus necesidades básicas quedan a merced de que casualmente, repito, por suerte, una persona le dé justamente aquello que necesita, lo cual es poco probable.

Claramente, por mera probabilidad, Papá Noel moriría de hambre, de frío o de soledad.

Veamos, frente a esta, si la lógica débil del regalo es posible. Mi tío, el que almacena intacto el libro anarquista, me dirá que el humano es egoísta por naturaleza y que, por ello, priorizará sus lujos sobre las necesidades del resto. Kropotkin ataca, primero, a esa visión de la naturaleza humana: el humano, como animal, no es egoísta por naturaleza, de hecho, su aptitud frente al medio se ha basado históricamente en el apoyo mutuo, en la colaboración solidaria. Frente a otras visiones del evolucionismo, para Kropotkin podríamos decir que no vive el que se impone, sino el que compone.

Una vez vemos que es posible, veamos por qué sería deseable. Kropotkin dirá que la principal diferencia con la lógica del intercambio es la eliminación de la pobreza: quienes realmente necesiten, verán sus necesidades básicas resueltas a pesar de que no puedan devolver tal bien. Además, se evita la producción de cosas inútiles: mientras que en la lógica del intercambio, una entidad puede acumular cientos de miles de casas vacías mientras otras no tienen vivienda, bajo la lógica del regalo, nadie debería acumular bienes más allá de sus necesidades a costa de la necesidad de otro. Véase que esta propuesta se opone a otras economías del regalo, como la de Hyde, según el cual en el gesto de regalar se espera que la persona que recibe regale algo del mismo valor a otra persona y se mueva así el regalo indefinidamente. En este caso, si la persona receptora, por ejemplo, debido a algún problema de salud mental o física, no puede ejercer su necesidad vital del trabajo o lo haga bajo una producción menor, otra persona le regalaría lo básico. La persona que regala debe creer que tanto la producción como la necesidad no es algo de tal o cual persona, sino de una comunidad en la que pertenece, y confiará en que toda persona de tal comunidad piense así. Ciertamente, hará falta una estructura organizativa que evalúe cómo las fuerzas productivas de esa comunidad responden a las necesidades de la misma, y sí, eso suena a planificación…

No he podido ser más simplista y dejo fuera cuestiones técnicas acerca del tamaño de las comunidades funcionales bajo este principio, qué necesidades son reales y cuáles son ficticias -que diría Marcuse-, cómo se distribuiría el trabajo... Pero ya lo siento, esto es una columna, no el edificio. En fin, a estas alturas no me puedo esconder, Papá Noel ha sido una excusa para soltar mi chapa, aunque para no hacer clickbait, responderé a la pregunta del título y diré que Papá Noel es Kropotkin con gorrito, pero sin pan.

 

Manuel García Domínguez

¿Es Papá Noel, realmente, Piotr Kropotkin con gorrito?


Cómo citar este artículo: GARCÍA DOMÍNGUEZ, MANUEL. (2022). ¿Es Papá Noel, realmente, Piotr Kropotkin con gorrito? Numinis Revista de Filosofía, Año 1, 2022, (CL1). http://www.numinisrevista.com/2022/12/Es-Papa-Noel-realmente-Piotr-Kropotkin-con-gorrito.html

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