Arte I. A.
Vivimos en la era de la automatización; los trabajos manuales van gradualmente desapareciendo y la producción se vuelve más rápida y barata. Muchísimos avances y comodidades de nuestras vidas son resultado directo de este proceso: nuestra ropa, los libros que leemos, las aplicaciones que usamos diariamente y un largo etc.
Lo que muchos no habían pensado es que
también actividades creativas como la escritura, la pintura y la música
pudieran caer en este proceso de automatización. Aún se mantiene el mito del
genio romántico establecido desde Beethoven: el artista como un ser
extraordinario cuyo genio y su arte transforman aquello que le rodea. Sin
embargo, desde la aparición y de la cultura de masas y el consumo masivo de
ésta, el arte se ha vuelto algo cada vez más accesible y capaz de copiarse y
reproducirse sin límites.
En agosto de este año, una obra de arte
generada por una inteligencia artificial ganó el primer lugar en un concurso de
arte digital, en la categoría de artista digital emergente del concurso anual
de arte de la Feria Estatal de Colorado. No habremos de esperar mucho para
empezar a ver arte digital por todas partes, lo sepamos o no. ¿Por qué? Pues
porque resulta mucho más barato y rápido dejarlo todo en manos de una
inteligencia artificial que contratar artistas para generar desde decoración de
oficina hasta material para campañas de publicidad.
Tú mismo lector, a través de varias
aplicaciones en línea, puedes probarlo. En la mayoría basta con poner un poco
de texto plasmando la imagen que deseas, así como escoger un estilo de varios
que se te ofrecen. Aquí debajo dejo un par de ejemplos realizados por un
servidor. El primero poniendo como texto «titán» y el segundo con «Charles
Ives».
Con la música sucede algo parecido, a
través de algoritmos que incorporan las clásicas fórmulas de la música
comercial, uno puede generar canciones que, en el mejor de los casos, podría
perfectamente aparecer en los Cuarenta Principales. Pero va más allá la cosa:
el caso reciente más emblemático quizá sea el de la inteligencia artificial que
completó la fragmentaria décima sinfonía de Beethoven. La obra, dejada
inacabada por la muerte del compositor germano, ya fue completada en una
versión realizada en 1988 por el musicólogo Barry Cooper, junto con otras
varias menos estrictas.
A medida que se desarrolle la inteligencia
artificial, volviéndose cada vez más sofisticada y similar a la mente humana,
creará artefactos que se volverán indistinguibles de la mano humana. ¿Significa
esto que el ser humano dejará de crear arte? Por supuesto que no, no solo por
el natural impulso estético del creador, sino también porque la máquina tiene
límites impuestos por diseño. Los ingenieros no pueden programar la
imaginación, la inspiración, las asociaciones inesperadas pero creativas que se
producen en la mente, los efectos del subconsciente, etc.
Al menos por ahora, la I. A. podrá crear
obras técnicamente sólidas, pero no obras maestras que desafían las
convenciones de una época, o que arrojan una perspectiva inexplorada del ser
humano y de su psique. El arte tiene un componente irracional que un algoritmo
no puede reflejar, y se conoce aún demasiado poco sobre el cerebro como para
mapear adecuadamente los secretos de la creatividad.
Aún contando con estas limitaciones, yo
soy alguien optimista, más que empobrecer nuestra creatividad, la inteligencia
artificial puede contribuir de forma positiva a la creación artística. Aún es
demasiado temprano como para hacernos una idea de lo mucho que podamos obtener
explorando estas técnicas hasta su máximo potencial.
Sergio Cánovas
Arte I. A.
Cómo citar este artículo: CÁNOVAS, SERGIO. (2022). Arte I. A. Numinis Revista de Filosofía, Año 1, 2022, (CD11). http://www.numinisrevista.com/2022/10/arte-i-a.html
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El tema de la irracionalidad en el arte está muy bien visto. Creo que es clave y precisamente el racionalismo al que aspiran las IAs hace muy difícil que puedan imitarlo. En todo caso, habrá que ver qué nos depara el futuro
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