Reseña de "El molino de viento", Camilo José Cela
ISBN: 978-84-279-0588-7
Fecha de publicación: 09-01-1981
Páginas: 190
Medidas: 22x14 cm
Edición: 7. ed.
Formato: Rústica
PVP: descatalogado
El 22 de julio de 1955, en el Puerto de Pollensa, Mallorca, finaliza Camilo José Cela su novela El molino de viento, que acaba publicando en 1956. Cela fue un escritor que desarrolló su personalidad literaria empapándose de su entorno. Nace en 1916 e inevitablemente, al residir en España, vive en sus propias carnes la guerra civil española y la dura posguerra. En muchas de sus novelas transmitirá de forma cercana el atraso y la miseria que vivió España tras 1939.
El molino de viento es un claro ejemplo, una novela que ofrece grandes pinceladas sobre la cotidianeidad de la España de posguerra. Narra la historia de una zona rural, un pueblo donde todos se conocen y las habladurías son el pan de cada día. Cela presenta una historia original y caótica, con un elevado número de personajes. La narración esta llena de subtramas entrelazadas, con un estilo descriptivo que roza en ciertas ocasiones lo escatológico.
Este caos literario muestra muy bien el desorden que existe en el pueblo, un lugar que necesita recomponerse tras la guerra. Un elemento principal en la novela es el molino de viento, un artefacto de la ingeniería rural muy común en el paisaje de los años 40, se utilizaba para moler el grano y conseguir harina. Estos molinos fueron una pieza clave para sobrepasar la hambruna y miseria tras la guerra, existía una gran dependencia del vendaval. Como expone Cipriano Brieva, uno de los personajes de la novela, «lo del molino es fácil si sopla el viento todo va bien y el molinero come, pero ¡Ay! ¡como no sople el viento! La gente se pone rabiosa y criminal». Cela consigue dibujar una España atrasada, que aún no está industrializada, no se habla de carbón sino de mecanismos y poleas que dependen de las fuerzas ingobernables de la naturaleza.
Pero Cela no solo muestra el atraso técnico sino también el cultural, un ejemplo claro de este atraso son las formas de entretenimiento de la juventud y de los adultos. Los niños de posguerra tienen como divertimento: ver ahogarse a un gato, ir al corral a ver como capan puercos, al matadero a ver como degüellan reses… y los adultos hacen de su vida algo interesante a través de líos amorosos y chismorreos.
Un elemento dentro de la novela que simboliza a la perfección este atraso cultural, es la música. Los jóvenes del pueblo, movidos por la pasión musical, montan un conjunto de pulso y púa, tocaban valses y charlestones a la guitarra y a la bandurria. Formaron una rondalla «La lira serrana», pero las interpretaciones dejaban mucho que desear: no iban a tempo, desafinaban… Cela muestra que no es suficiente este afán, es necesaria una educación musical que dadas las circunstancias de miseria que padecían la mayoría de individuos, era bastante difícil llegar a ella. Unos jóvenes que tras tocar en el pueblo no son aplaudidos por su intento de rondalla, sino que son humillados con tomates. Dejando claro que a una parte del pueblo no le interesa que crezcan musicalmente, solo les interesa la burla y los chismorreos.
Otra de las referencias musicales notables en esta novela es cuando Cela habla en un fragmento sobre el padre de Don Rigoletto, un acomodador del teatro real que pasó por varias etapas: la italianizante y la wagneriana. Tiene cuatro hijos, dos en la etapa italianizante Rigoletto y Tosca, que casualmente se llaman como dos óperas de Verdi. Y dos en la etapa Wagneriana, uno de ellos Parsifal que hace referencia a un festival escénico sacro fundado por Wagner, y el otro hijo llamado Lohengrin, en referencia a una ópera romántica wagneriana de tres actos. De forma cómica, Cela refleja con este personaje el gran conflicto estilístico entre Wagner y Verdi, dos compositores operísticos que se encontraban en las antípodas. Dos personalidades bien distintas, Wagner más colosal, teórico y Verdi más libre en sus formas estilísticas. Con este fragmento se muestra el impacto que tuvo la música del siglo XIX en la España de la posguerra. Esto es en parte debido al retraso intelectual y cultural ya narrado, entre la publicación de Lohengrin y El molino de viento existe una diferencia de más de cien años.
Camilo José Cela no era musicólogo. Por ello, cabe señalar que, si expone en su novela el conflicto entre Wagner y Verdi era porque aún estaba a la orden del día. Esta novela, por tanto, no solo refleja el atraso de la España de posguerra mediante sus personajes ficticios, sino el atraso de los propios lectores y de Cela, que aún hablan sobre sucesos acontecidos en el siglo pasado. Si uno no tiene referentes musicales actuales con los que identificarse, tendrá que echar mano de su pasado. Esta novela expone a la perfección que para reconstruir a España tras la guerra civil fue necesario un rememorar el pasado, volver al inicio para construir formas nuevas de hacer música. Una novela amena, con tintes cómicos y escatológicos, que refleja la cotidianeidad de la España de posguerra.
Antonio Reina Ramos
Reseña de El molino de viento, Camilo José Cela
Cómo citar este artículo: REINA RAMOS, ANTONIO. (2022). Reseña de El molino de viento, Camilo José Cela. Numinis Revista de Filosofía, Año 1, 2022, (RM7). http://www.numinisrevista.com/2022/10/resena-el-molino-de-viento.html
Esta revista está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
No hay comentarios:
Publicar un comentario