LAS VACACIONES Y ORTEGA Y GASSET
Empieza el mes de septiembre, se acaban las vacaciones y a muchas
personas, aquellas afortunadas que han podido tener vacaciones, les cuesta
retomar la rutina. Muchas noticias en la televisión y en la radio dan consejos
para hacer más llevadero el síndrome postvacacional. El mundo del trabajo se
presenta de esta manera como un matadero que espera a los pobres corderos que,
inexorablemente, se dirigen allí. ¿Por qué ocurre esto? En el fondo se
encuentra una concepción deshumanizadora del trabajo al que la gran mayoría
acude porque tienen necesidad. Nadie trabaja por gusto se suele decir, pero lo
cierto es que hay trabajos a los que se va con bastante gusto. Conocemos
personas que odian su trabajo y otras que la aman. La razón, pienso, siguiendo
a Ortega y Gasset, es que existen trabajos en los que la técnica está
humanizada y otros en los que la persona está esclavizada por la técnica. Se
necesita un humanismo de la técnica donde la técnica sirva a la persona y no al
revés, donde la persona se convierta en esclavo de la técnica.
Un gran filósofo español llamado José Ortega y Gasset dio un
aporte muy importante a la cuestión que planteo en Meditaciones de la
técnica. Él ve la vida humana como un problema que está íntimamente ligado
al existir del hombre en el mundo. Es un problema porque si hubiera una
correspondencia perfecta entre hombre y mundo en el que la naturaleza cubriera
todas las necesidades del ser humano, todo lo que desease existiría o estaría
al alcance de su mano. Si el ser humano no tuviera necesidad sería como un
animal, no tendría necesidad de interrumpir los estímulos que vienen del
exterior ni desarrollaría la capacidad de ensimismarse, capacidad que le lleva
a pensar qué puede hacer. Este pensamiento es de índole práctica. La
experiencia propia nos dice que el ser humano no tiene sus necesidades
cubiertas totalmente por la naturaleza pero tampoco es totalmente antagónico a
ella. ¿Esto por qué es así? La naturaleza nos ofrece facilidades y dificultades
y en esa relación surge la técnica.
La existencia de la persona no es un mero ser en el mundo como ese
ser toro1 del que habla, ya que su existencia está unida a una
concepción de la vida como un proyecto. La existencia de la persona adquiere
sentido en el esfuerzo de resolver ese problema práctico que presenta su ser en
el mundo. Se entiende esto cuando dice: «De ahí que nuestra vida sea pura
tarea e inexorable quehacer».2 Ese quehacer se
refiere a que tenemos un proyecto por el que nos esforzamos y para ello hacemos
una proyección de futuro de un proyecto vital que sirva para dotar de sentido a
la vida. Esto tiene consecuencias profundas en nuestro ser y estar en el mundo.
La ontología que se despliega de esta concepción de la técnica es optimista,
aunque ello no quiere decir que pueda aparejar problemas.
Desde un nivel antropológico la persona es para él un técnico en
su esencia, y, por lo tanto, tiene que autofabricarse para poder lograr su
proyecto vital y que su existencia no se asemeje a la del toro. Es por eso por
lo que el ser humano dentro de su proyecto vital es productivo. Esa producción,
como todo lo que hace, lo hace mediante la técnica.
Sostiene Ortega que el mundo tiene dentro de sí la posibilidad de
ser materia para ser transformada («posibilidad de máquina que el mundo lleva
latente en su materia»3) en aquello que necesita la persona para
vivir porque el ser humano quiere vivir, dotar de sentido a su vida, pero no
vivir de cualquier manera, sino que quiere vivir bien. Mientras los animales
están en el mundo, digamos que por estar, la persona lo que busca
es el bienestar y para encontrarlo debe tener un proyecto vital. Es por esta
razón por la que tiene que poseer técnicas que le permitan cumplir con ese
proyecto o programa que dota de sentido a su vida. Se entiende bien que piense que
la tarea de la persona en el mundo es extranatural, puesto que
responde a una realidad que va más allá de la satisfacción de sus necesidades
elementales que lo asemejan a nivel biológico con el resto de los animales,
sino que existen necesidades que trascienden esta realidad y tienen que ver con
el ser en el mundo, pero un ser dotado de sentido. Para él la misión inicial de
la técnica es, como consecuencia de lo ya mencionado, ayudar a la persona a ser
sí misma.
Se ha
repetido una misma noticia en la televisión hasta la saciedad: la dificultad de
encontrar personal de hostelería para atender la demanda del verano. Al
entrevistar a empresarios y posibles candidatos las respuestas muestran parte
de la solución. Se comentaba que la gente joven no quería
trabajar y esa gente joven comentaba que se encuentran con
trabajos de esclavos en el que el número de horas de contrato no coincide con
la jornada laboral, que suele ser mayor. Aquí hay un conflicto de conciencia
ética en la que se encuentra la persona que contrata sabiendo que su proceder
es injusto y aquella candidata que no acepta esas condiciones injustas, siendo
demonizada como holganza, perezosa y acostumbrada a vivir de pagas de papá
Estado. La cuestión de fondo a toda esta problemática es la apuesta o no
por trabajos que humanicen y no esclavicen, pero esta utopía que pocos pueden
vivir tiene que convertirse en un proyecto social que configure la vida de la
sociedad. Esta propuesta tiene que impregnar las políticas de trabajo del
Estado para que esta humanización alcance a empresas, demonizadas con mucha
frecuencia, y redunde en el bien del empleado. En esta sociedad humanizada
tendría que avergonzar a la conciencia del empresario al pensar la posibilidad
de contratar a alguien de manera irregular o que haga horas extras impagadas y
esa misma sociedad humanizada tendría que felicitar y apoyar a la persona que
rechace un trabajo que deshumanice.
Valentín González Pérez
Las vacaciones y Ortega y Gasset
1. ORTEGA Y GASSET, J. (1964). Meditación de la
técnica. Revista de Occidente, p. 17.
2. Ibidem.
3. Ibid., p. 19.
Cómo citar este artículo: GONZÁLEZ PÉREZ, VALENTÍN. (2022). Las vacaciones y Ortega y
Gasset. Numinis
Revista de Filosofía, Época I, Año 1, (CS2). http://www.numinisrevista.com/2022/09/las-vacaciones-y-ortega-y-gasset.html
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