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La filosofía como fetiche de moda - Pavlo Verde Ortega

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La filosofía como fetiche de moda

La filosofía está de moda. ¿Verdad? Por lo menos así lo anuncian los medios de comunicación desde hace un tiempo. Abundan los titulares que hacen esta misma afirmación. También las empresas que dicen buscar filósofos y filósofas para sus plantillas en un afán de dar una capa de lustre y prestigio a su actividad. Pero no solo hablan las palabras. También los actos. Este último año han aumentado un 33% las matriculaciones en la carrera de Filosofía. Todo esto hace que la percepción general de la filosofía como disciplina sea cada vez más positiva. O, cuando menos (pues no comparto la opinión de muchos de mis colegas de que la nuestra es una vocación eternamente vapuleada y menospreciada), más popular.

Por lo que a mí respecta no hay ningún problema con esta tendencia al alza de la filosofía. No me parece de una magnitud lo suficientemente grande como para que vaya a tener repercusiones de peso en ningún ámbito. Además, entrar a valorar modas concretas es un hábito poco fructífero. Esencialmente porque están destinadas a ser pasajeras y para cuando nuestra crítica haya surtido efecto nadie se acordará del fenómeno en cuestión. Muy otra cosa sería criticar el concepto de moda como tal, pero ese es tema para futuras columnas.

Sin embargo, me gustaría poner el foco sobre un aspecto concreto que no es propio de la reciente moda filosófica (de lo contrario estaría contradiciéndome con el párrafo anterior), pero que esta ha amplificado. Se trata de la fetichización de la filosofía. Por esto último me refiero a una sobrevaloración de tintes entre románticos y religiosos a la que nuestra disciplina tiende a verse sometida, tanto desde dentro como desde fuera del gremio.

A la versión contemporánea y popular de este tópico bien podríamos llamarla «visión empresarial de la filosofía». No solo porque emana del mundo de la empresa, sino porque desemboca laboralmente allí. En un artículo para el periódico Hoy están reflejados todos los rasgos de este nuevo credo. Las compañías buscan filósofos/as. Al parecer nuestro «espíritu crítico y creativo» y nuestra «percepción periscópica y multidisciplinar de las situaciones» nos vuelven «profesionales cada vez más codiciados en las altas esferas de los sectores económicos, políticos y sociales».

Así, el Estado Noruego dispone de un filósofo para asesorar a sus mandatarios sobre cómo reorientar hacia el bien público las inversiones de su fondo soberano. Las grandes empresas estadounidenses cuentan también con filósofos en su plantilla para orientar éticamente sus decisiones. Gonzalo Mendoza, director de la Escuela de Filosofía de Madrid, sostiene que lo que nos hace relevantes en las empresas es la capacidad para «pensar fuera de la caja». Y más adelante Pilar Llácer afirma que quienes diseñan algoritmos necesitan a su lado: «a un filósofo que reflexiones sobre las variables de edad, sexo, raza, zona geográfica u otras».

Los atributos tales como espíritu crítico y creativo, percepción periscópica y multidisciplinar o pensar fuera de la caja los englobaré en la más general y manida categoría de «pensamiento crítico». Las referencias a la ética, el bien público y las variables irán agrupadas bajo el rótulo de «conciencia social». Pues bien, ¿son estas dos características que nos hacen laboralmente codiciados a ojos de las empresas exclusivas de la filosofía y de las filósofas/os?

Sin esmerarnos mucho en la respuesta podríamos decir que también la antropología, la psicología o la sociología, entre otras, podrían cumplir el mismo papel. Siendo un poco más incisivos, quizá cabría añadir que la idea misma de atribuir cualidades tan básicas como el pensamiento crítico y la conciencia social tal y como las hemos definido aquí a profesionales con una formación concreta me parece siniestro. Es como si de esa manera eximiésemos al resto de personas de tener estos atributos. Mas ¿de verdad nos podemos permitir que un solo individuo se encargue de labores tan básicas como pensar multilateralmente o sopesar las consecuencias ético-políticas que se desprenden de la actividad comercial de una empresa?

Cualquiera, independientemente de los estudios que haya cursado, puede y debe cultivar el pensamiento crítico y multilateral. Tareas como educar a una clase de adolescentes, programar un experimento o encontrar los cultivos más eficientes requieren tanto de este como la filosofía. Más aún, cualquiera debería ser consciente de las desigualdades sociales y las injusticias que nos circundan y entender cómo nuestras acciones pueden perpetuarlas. Mucha gente lo es y solo una minoría ha estudiado filosofía.

Puede que no haya sido coherente con mis propias palabras y que finalmente sí que haya criticado una moda. Pese a todo, no debemos olvidar que el Grado en Filosofía es una carrera universitaria más y que quienes nos dedicamos a la filosofía no tenemos una inclinación natural hacia esta versión del pensamiento crítico y la conciencia social. No son propiedad exclusiva de nadie, sino cualidades al alcance de todas las personas, tanto en su faceta profesional como en cualquier otra. Pero hacer gala de ellas exige un esfuerzo previo. Por eso, en vez de pavonearnos de la excepcionalidad de nuestro campo o dejarnos halagar por contratadores varios, más nos valdría enredarnos con el resto de disciplinas, académicas o no, y poner los pies en la tierra, con todo lo que eso implica intelectual y políticamente hablando.


A continuación van los enlaces a los artículos usados de referencia:

"La filosofía está de moda", El Periódico

https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20161110/filosofia-esta-moda-estudiantes-universidad-5620321  

"Aumentan un 33% las matriculaciones en Filosofía", Telemadrid

https://www.telemadrid.es/programas/telenoticias-fin-de-semana/Aumentan-un-33-las-matriculas-en-la-carrera-de-Filosofia-2-2478072186--20220814055101.html

"Los filósofos, los nuevos gurús de las empresas", Hoy:

https://www.hoy.es/sociedad/filosofos-nuevos-gurus-20200524191115-ntrc.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F 


Pavlo Verde Ortega

La filosofía como fetiche de moda


Cómo citar este artículo: VERDE, PAVLO. (2022). La filosofía como fetiche de moda. Numinis Revista de Filosofía, Año 1, 2022, (CM3). http://www.numinisrevista.com/2022/09/la-filosofia-como-fetiche-de-moda-pavlo.html


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