Náufraga
Hace no mucho tiempo el actual presidente del gobierno de España, D. Pedro Sánchez, en un arrebato de profunda erudición salió en televisión aconsejando, y cito textualmente: “cuando no sea necesario... no utilicen la corbata, porque así también estaremos haciendo frente al ahorro energético que tan necesario es en nuestro país”; esto me hizo pensar que la situación actual de nuestra nación es más grave de lo que parecía, pues no se trata –o no al menos solamente– del ideario ideológico de unos y otros partidos, sino de lo que ha supuesto y supone el verdadero problema de aquellos hombres en quienes ha recaído el proyecto de una nación: la ignorancia.
La ignorancia, que no debería convertirse sino en una oportunidad más de alcanzar un conocimiento que se desconoce, se ha vuelto para nuestra sociedad una poderosa manera de enfrentarse a la realidad, un arma casi arrojadiza con la que combatir a la mismísima verdad. Animo además a todos los lectores de esta revista a realizar una breve pausa y contemplar la no tan leve sonrisa, que casi roza la ironía y la sátira, de aquel hombre que consciente de lo ridículo de su intervención, de lo cual a veces dudo, alienta a no usar las corbatas en beneficio del ahorro energético.
Algo me dice, sin ser especialista en aquel ámbito y teniendo en cuenta su lenguaje no verbal, que lo que nuestro presidente está planteando constituye una soberana tontería; la poca seguridad que tanto unos como otros transmiten al hablar y la absoluta falta de sensatez y vergüenza a la que nos tienen acostumbrados nos ayudan ahora a vislumbrar la degradación a la que nuestro país se ha sometido a lo largo de variopintos años.
Pero no se preocupen ustedes, pues no pasa ni pasará nada, el mundo sigue rodando y los problemas no van a desaparecer. La rueda del progreso gira más que nunca hacia ninguna parte. La libertad del hombre está ya por sucumbir ante aquel silencioso mal que se alza abanderando la lucha por la equidad, la tierra y la unicidad del pensamiento. La ignorancia de nuestros representantes se ha vuelto una constante en nuestro país y este momento será recordado, pues no podía ser de otra manera, como un capítulo más en la serie de despropósitos de los gobernantes españoles.
Yo no digo que ustedes tengan que rasgarse las vestiduras ante el sumo nivel de la política actual, pues es muy probable que guiados por una u otra idea no sean capaces de entrever lo desagradable de esta actuación o, lo que es aún peor, lo patético que supone para esta tierra nuestra, madre de grandes hombres y mujeres, encontrarse en esta situación. Por todo ello, no perdamos más el tiempo y pongamos nuestra atención en España, mas no en la que pudo ser y no fue, sino en la que ha sido y es, la que ahora tenemos y no, a la que ahora pertenecemos y tampoco.
Este hogar nuestro se ha sometido innumerables veces a toda clase de influencias y desgracias, sin embargo, brota ahora en nuestro tiempo un germen con piel y apariencia de oveja, pero con corazón feroz y salvaje de lobo. Ese mal, que es astuto y sutil, no se percibe a simple vista, y solo unos ojos capaces de ver más allá de lo visible pueden en realidad captarlo. Aquella enfermedad, que devora y degrada tanto el cuerpo como el alma, apunta directamente a la dimensión del hombre que lo configura y le revela quien está llamado a ser.
Nuestra patria, y aquellos que la conforman, gimen ahora ante semejante desdicha, pues España nunca fue solo un territorio, sino un hogar para quienes lo poblaron. Por esto a nuestra estrella le duele profundamente en el corazón, al ver a sus hijos enfrentarse contra sí mismos,
destruyéndose unos a otros, desgarrándose por dentro; en un mundo que parece libre y bueno, pero que se descubre esclavo y sin rumbo.
Naufraga ahora nuestra sociedad, nuestra época, nuestra nación, esperando a ser salvada, a encontrar un halo de esperanza entre tanta barbarie y desazón, porque nunca ha habido un tiempo semejante a este, en que el hombre desconociera tanto quién es, de donde viene y a donde va. Quizá si miráramos mar a dentro, más lejos de lo que los confines nos dejan ver, descubramos entonces los deseos más profundos de nuestro corazón, a lo que fuimos llamados a ser y no somos, a lo que podríamos haber llegado y no llegamos; a lo que, finalmente, un día seremos.
Tomás Bravo Gutiérrez
Náufraga
Cómo citar este artículo: BRAVO GUTIÉRREZ, TOMÁS. (2022). Náufraga. Numinis Revista de Filosofía, Año 1, 2022, (CM1). http://www.numinisrevista.com/2022/08/naufraga-tomas-bravo-gutierrez.html
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“(…) pongamos nuestra atención en España, mas no en la que pudo ser y no fue, sino en la que ha sido y es, la que ahora tenemos y no, a la que ahora pertenecemos…”. Maravillosa cita.
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